El dispositivo fue desarrollado por investigadores estadounidenses. Funciona como un marcapasos cardíaco y ayuda a los pacientes con Alzheimer a mejorar sus capacidades cognitivas y funcionales, según un estudio publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease (JAD). El mecanismo se implanta quirúrgicamente y estimula los lóbulos frontales. Según las pruebas realizadas en pacientes, el ‘marcapasos’ los ayudó en sus juicios, en la toma de buenas decisiones y mejoró su capacidad de centrar su atención en la tarea que están realizando evitando las distracciones.
Apelando al mismo principio del marcapasos cardíaco, un grupo de investigadores estadounidenses desarrolló un dispositivo similar para las personas con la enfermedad de Alzheimer que contribuye a demorar el deterioro en la toma de decisiones y las habilidades para resolver problemas.
Según un estudio publicado este martes (30/1) en el Journal of Alzheimer’s Disease (JAD), se implantaron en un grupo de personas con Alzheimer cables eléctricos delgados en los lóbulos frontales de sus cerebros para reducir el deterioro que produce esta enfermedad.
Tenemos muchas herramientas y tratamientos farmacéuticos para ayudar a los pacientes de Alzheimer con su memoria, pero no tenemos nada que los ayude a mejorar su toma de decisiones o aumentar su capacidad para centrar la atención y evitar distracciones“, señaló el profesor de la Universidad Estatal de Ohio Douglas Scharre, coautor del estudio.
El médico destacó que estas aptitudes “son necesarias para realizar las tareas diarias, como hacer la cama, elegir qué comer y tener una conversación significativa con amigos y familiares“.
Los lóbulos frontales son responsables de nuestra capacidad para resolver problemas, organizar y planificar y hacer buenos juicios, entre otras aptitudes.
“Al estimular esta región del cerebro, las capacidades funcionales cognitivas de enfermos de Alzheimer con ‘marcapasos cerebral’ disminuyeron más lentamente que los pacientes sin DBS“, señaló Scharre.
Este estudio piloto descubrió que la DBS dirigida a las regiones cerebrales frontales puede reducir la disminución del rendimiento general que se observa típicamente en las personas con Alzheimer leve o en estadio temprano.
La prueba descubrió que después de aproximadamente dos años, los pacientes con el implante DBS mostraban una disminución en las funciones ejecutivas, en comparación con un grupo similar de pacientes con Alzheimer que no recibió implantes.
Se trata del primer estudio en intentar utilizar la estimulación cerebral profunda para atacar los síntomas relacionados con la función ejecutiva. Estudios previos han utilizado DBS en pacientes con Alzheimer para identificar partes del cerebro que se piensa que están involucradas en la memoria.
Debido a que el estudio fue pequeño, tendrá que repetirse en un grupo mucho más grande de pacientes de Alzheimer, dijo el Dr. Michael Schulder, vicepresidente de neurocirugía en el Hospital Universitario North Shore en Manhasset, Nueva York, que no participó en las pruebas.
Los resultados, si bien alcanzados con únicamente tres participantes, mostraron que este marcapasos cerebral ralentiza el deterioro de todas las capacidades cognitivas y para el desarrollo de la vida diaria de los pacientes con alzheimer en fase leve o moderada, mejorando así notablemente su calidad de vida.
Uno de esos casos es el de LaVonne Moore, enferma de alzhéimer de 85 años y nacida en Delaware (Ohio, EE.UU.), que se sumó al estudio en 2013, cuando no era capaz de cocinar.
Después de dos años de estimulación cerebral profunda, pudo mezclar de forma independiente los ingredientes y hacer la comida.
Además, fue capaz de organizar una salida familiar que incluía decidir el destino, decidir el transporte que iban a usar, planificar en función del clima y hacer un presupuesto.
Moore recuperó también la independencia para seleccionar su atuendo de ropa, anotaron los investigadores. El dispositivo no frenó el avance de la enfermedad, pero demoró drásticamente su progreso mejorando su calidad de vida.
Los investigadores quieren ahora explorar métodos no quirúrgicos para estimular el lóbulo frontal, que sería una opción de tratamiento menos invasiva para frenar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Una enfermedad que se corresponde con el tipo más común de demencia –constituye en torno al 60-70% de todos los casos de demencia, para un total de 30 millones de afectados en todo el planeta– y que, aún a día de hoy, carece de cura. De hecho, ni siquiera hay un tratamiento capaz de frenar su progresión.
FUENTE: URGENTE24