Ocurrió el domingo en un edificio de calle 9 de Julio primera cuadra, en pleno centro. Allí reside una pareja de jubilados. Rompieron dos puertas. El dinero estaba en un placard. Creen que fue una “entregada”.
Para los “escruchantes”, enero es como la “temporada alta” para ingresar por la fuerza a las viviendas que se encuentran sin sus dueños. El domingo se registró un caso en un departamento de calle 9 de Julio primera cuadra.
Los propietarios se habían retirado cerca de las 13 y regresaron a las 20. Habían pasado el día en casa de unos familiares, en El Cadillal, y dejaron la casa sin moradores.
Cuando regresaron, se dieron con que desconocidos los habían despojado de una importante suma de dinero, después de barretear a puerta principal, que da a la calle, y la del domicilio.
“Hace 20 años que vivimos aquí y la verdad que nunca nos pasó algo así. De repente, te das cuenta de que no estás segura, aunque vivas en el centro”, contó Luciana Berti. En esa vivienda residen sus padres, un matrimonio de jubilados, de 75 años.
Todo desordenado
Según la denuncia policial, cuando regresaron se dieron con que los accesos habían sido violentados. Al ingresar al departamento advirtieron que estaba desordenado y había diferentes pertenencias tiradas en el piso.
Los desconocidos se alzaron con $ 200.000 y U$S 13.000, que estaban guardados en un placard ubicado en el dormitorio principal.
Los damnificados no descartan que se haya tratado de una entregada y que, previamente, los hayan estado vigilando. “No podemos asegurarlo, pero lo sospechamos, porque estas personas fueron a lugares específicos. Creo que estudiaron nuestros movimientos”, opinó Luciana.
Se trata de un edificio de siete pisos, con un departamento por piso. En cada uno reside un propietario. “No tenemos cámaras instaladas en la entrada, pero las tendremos que comprar y reforzar todas las medidas de seguridad para que esto no vuelva a ocurrir”, explicó la hija del matrimonio.
“No operan al azar”
Al ser consultado por este caso, el jefe de la Policía, comisario José Díaz, no ocultó su preocupación por este tipo de hechos. “Nos preocupa la gente mayor. Sabemos que los delincuentes se aprovechan e incluso les hacen seguimientos. No operan al azar, lo hacen de forma planificada. Hay que ser muy reservado y tratar que algún vecino o familiar cuide la propiedad en caso de ausentarse”, consideró.
fuente: los primeros