Los simuladores grabaron conversaciones y videos, e, incluso, mantuvieron una reunión en la repartición pública donde el vendedor cumplía funciones. La operación montada para reunir pruebas derivó en la captura del agente. Once días después, el Ipvdu abrió solamente un sumario administrativo.
Con el afán de exponer la realidad del Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano (Ipvdu), simularon que deseaban adquirir una casa construida por el Estado y terminaron comprometiendo a un agente de esa institución,Daniel Manzaraz. Antonia Lobo, Juan Acosta y Manuel Liquitay, tres ciudadanos que dicen haber sido víctimas de las maniobras irregulares ocurridas con inmuebles sociales, llevaron adelante su investigación particular para reunir pruebas que los avalaran. Ellos admiten que entregaron dinero (entre $ 20.000 y $ 50.000) a la red de Elizabeth Alzogaray, la cooperativista y presunta gestora detenida en febrero junto a otros supuestos colaboradores. “Nosotros no somos estafadores: no hay otra forma de acceder a una casa. El Instituto funciona como una inmobiliaria. Así lo definió el propio Manzaraz”, dijeron a LA GACETA.
La operación en cuatro pasos:
1. Los ciudadanos Lobo, Liquitay y Acosta decidieron probar que en el Instituto de la Vivienda era posible adquirir una casa por fuera de la ley.
2. Con esta finalidad, se contactaron con quienes ofrecían casas de barrios del Instituto en las redes sociales (Olx, Facebook, Alamaula, etc.).
3. Un tal “Sebastián” los derivó a Daniel Manzaraz, que se desempeñaba como empleado del área de Investigaciones Sociales del Instituto.
4. Los simuladores documentaron toda la negociación. Manzaraz fue aprehendido el 2/3/18, cuando iba a recibir una seña.
La pesquisa empezó en el momento en el que, según expresaron, la interventoraNoemí Ferrioli les requirió que demostraran que era posible comprar anómalamente una casa en el Instituto. La masajista Lobo, el docente Liquitay y el plomero Acosta relataron que tomaron el desafío al pie de la letra, y empezaron a sondear las ofertas publicadas en las redes sociales. Así llegaron a un tal Sebastián, que en ese momento estaba en Miami, y que los conectó con Manzaraz. Este agente del área de Investigaciones Sociales del Ipvdu llevó adelante la negociación de una vivienda emplazada en el barrio “Manantial Sur”, supuestamente una de las varias que tenía. La puesta en escena de la operación llegó hasta el punto del acuerdo donde Acosta, que se hizo pasar por hijo de Lobo, iba a entregar $ 100.000 en concepto de seña para reservar la propiedad valuada en $ 550.000 -$ 200.000 estarían destinados a cancelar la comisión-. Cuando Manzaraz y la mujer que en los papeles figuraba como dueña del inmueble, NVS, se dirigían a recibir el dinero, el fiscal Diego López Ávila (Nº4) y un grupo de policías los aprehendieron -luego, allanaron la oficina del empleado-. Esto sucedió el 2 de marzo.
fuente: la gaceta