En una persecución de película por avenidas, calles y rutas nacionales finalmente 9 personas terminaron detenidas en tres puntos distintos de Tartagal, implicadas en el tráfico de cocaína de gran calidad y de “dudoso” origen. El operativo fue diagramado por la División Antidrogas de la PFA Tucumán con colaboración de la policía de Salta.
Las operaciones que se iniciaron con escuchas telefónicas hace 2 meses tuvieron que ser realizadas por personal de tres fuerzas de seguridad distintas, dos de ellas federales, ya que los implicados, no solo los detenidos serían gente de peso y de cercanía con la comunidad narco del norte argentino.
A las 13.30, según una fuente de la zona, un automóvil Chevrolet de color negro conducido por una funcionaria judicial, que reviste en la Oficina de Violencia de Género, abierta recientemente en la Ciudad Judicial, fue conminada a detener la marcha de su vehículo antes del ingreso norte de Tartagal.
La mujer, que viajaba con otra persona de su mismo sexo, emprendió una veloz fuga por el centro de Tartagal, demostrando una habilidad enorme de conducción. El móvil encubierto de la Policía Federal que la seguía solicitó a la Brigada de Investigaciones de Salta ayuda para detener el vehículo.
Las mujeres sobre calle Juana Azurduy comenzaron a tirar por la ventanilla los ladrillos de cocaína que rodaron por el pavimento.
El auto negro hizo una siembra blanca maravillosa”, dijo irónicamente un vecino.
El automóvil al tomar por la rotonda que conduce a la salida sur de Tartagal tuvo que ser embestido por un móvil de la Policía Provincial para ser detenido y ambas mujeres fueron -entonces- reducidas por personal de la Policía Federal que ya las había casi alcanzado nuevamente.
Mientras esto sucedía, frente a la terminal de ómnibus fueron detenidas tres personas más y mientras intentaba huir, el resto de la banda fue alcanzado ya en General Mosconi, donde otras tres personas fueron reducidas por Gendarmería Nacional y la Policía Federal.
Entre estas personas se encontraban además de las dos mujeres seis hombres, dos de los cuales pertenecen a las fuerzas de seguridad que operan en el norte argentino.
Distintas versiones dan cuenta de que en total se secuestraron 26 kilos de cocaína de máxima pureza, otras fuentes indican que las mujeres solo transportaban 18 kilos de la droga.
Una fuente del norte dijo que el gendarme fue identificado por la policía como el sargento Raúl V. y la funcionaria judicial de la Oficina de Violencia de Género como la excandidata a concejala por el partido Un Cambio para Salta, Soledad Rodríguez.
No trascendió la identidad de los demás detenidos, pero la fuente indica que se trata de personas ligadas por “trabajo” o sentimentalmente con personal de la Justicia, las fuerzas de Seguridad y la política de Tartagal y Salvador Mazza.
Una duda razonable
Se supo de fuentes fidedignas que desde hace dos meses se venían investigando los nexos entre funcionarios judiciales y personal de Gendarmería Nacional. La fuente indica que el Juzgado Federal de Tartagal se encuentra a solo pasos de la oficina donde desempeñaba funciones la excandidata y funcionaria judicial.
Lo más llamativo es que una versión que circula con mucha fuerza sobre todo en Salvador Mazza, donde repercutió inmediatamente la noticia, indica que la cocaína no sería un cargamento narco que ingresó por la frontera seca, sino parte de secuestros anteriores, es decir droga pública. Esa versión no pudo ser confirmada aún.
En las últimas horas de ayer las fuerza federales y la provincial allanaron un nuevo domicilio sobre calle Azurduy, aunque los resultados no fueron de público conocimiento.
El tratamiento de la droga pública es una deuda nacional.
“Quemar la droga in situ es una solución”
El depósito de los secuestros sería una fuente de posibles delitos posteriores.
La caída de la banda integrada por funcionarios públicos, de fuerzas de seguridad y de politicos mostró otra vez el rostro del narcopoder que opera en el norte argentino.
Una alta fuente de seguridad del norte indicó que el propio juez federal de Tartagal solicitó que la custodia de su despacho y en todos los procedimientos estuvieran a cargo de la Policía Federal Argentina, desplazando a Gendarmería Nacional de esas responsabilidades estratégicas.
La fuente indicó que en el despacho del juez federal de Tartagal no se guardan los secuestros ni el dinero de los decomisos narcos o de otros delitos federales económicos, y que si la droga secuestrada ayer fuera pública no salió de ese Juzgado.
Fuentes de ese distrito de frontera señalaron que una de las detenidas (son dos) lideraba un espacio político importante, que tiene como cabeza visible hoy a un diputado provincial.
La misma fuente dijo que una deuda pública que tiene la Justicia Federal es la destrucción de los miles de kilos que se secuestran durante el año, cuyo destino final nunca se esclarece del todo.
“La única solución es la destrucción en el lugar de la cocaína después de la toma de muestras de cada paquete”.
Por otra lado, informaciones oficiales indican que la causa se tramitó a través del Juzgado federal 1 de la capital salteña.
Se supo que el operador más concreto es una persona de apellido Jaime, quien habría aportado los kilos de droga, aunque su origen se desconoce o no es público.
La supuesta compradora, de solo 28 años, se domiciliaría en un barrio del sur de la capital salteña y se encuentra ahora detenida.
Se secuestraron además tres vehículos, un Chevrolet Onix; una VW Crossfox y un Toyota Etios, y otro más es investigado.
Se supo que el gendarme detenido no llevaba su identificación personal ni su arma reglamentaria al momento de los operativos, pero está vinculado sentimentalmente con una de las dos mujeres detenidas durante la redada.
Sorprendió a propios y extraños que tres fuerzas de seguridad del norte hayan actuado en el mismo procedimiento, que tuvo simultaneidad y éxitos visibles. Lo que aún no trascendió es el verdadero alcance de las operaciones de la banda, que tiene entre sus integrantes a personas de Salta, Tartagal, Orán y Salvador Mazza.
fuente: los primeros