“Ganamos una batalla, pero nos amenazaron de muerte”, denunció Dionisia Villagrán, quien acompañó la lucha de su hijo al que le usurparon la vivienda en Manantial Sur. “Dormimos 79 días en la calle y no queremos volver ahí”. Quiénes la amenazan y cómo le dejaron su hogar.
Dionisia Villagrán tiene 59 años, el pelo canoso tirante, la piel tersa y alivio en la mirada. Está sentada por última vez en un banco de la plaza Independencia, el banco junto al naranjo que fue su hogar durante casi 80 días. Allí, de espaldas a Casa de Gobierno, Dionisia y su marido Héctor (60), han acompañado la lucha de su hijo Luis Pérez (38) por recuperar la casa usurpada hace dos meses y medio en el barrio 2500 viviendas de Manantial Sur.
Mientras recoge la carpa de la plaza que ha sido su techo, la soga atada al naranjo donde ha colgado la ropa, las ollas donde ha cocinado guisos a la intemperie, mientras levanta todo lo que ha sido su casa a la vista de todos los tucumanos, Dionisia se toma una pausa y mira uno de los carteles de cartón que la han acompañado durante este tiempo: “Ahí llevaba la cuenta: quedó en el número 79. Fueron 79 días y 79 noches viviendo en la plaza Independencia. Hoy recuperamos la casa. Hoy sentimos que ganamos una batalla”.
El caso tomó trascendencia a través de eltucumano.com cuando el 4 de enero, según consta en la Justicia, una familia de la zona aprovechó la ausencia de Luis por problemas de salud y usurpó la vivienda. “Me quemaron todo: hasta las fotos y la ropa de mis hijos. No tengo más adónde ir. Que me devuelvan mi casa o que me maten”, había contado el padre de Luis Gabriel, de 10, y Benjamín, de 7 años, desesperado luego de que el menor sufriera un grave cuadro de fiebre por dormir en la carpa durante una de las tormentas de marzo.
Cuando Dionisia dice que ha ganado una batalla es porque sus nietos no pueden dormir todavía en la casa. Celebra el fallo de la Justicia y la intervención de la Secretaria de Gobierno, Carolina Vargas Aignasse. Lamenta, en cambio, que nadie puede dormir en la casa todavía en condiciones normales. “La fiscal Carmen Reuter nos ha dado la razón después de presentar los papeles. Siempre tuvimos todo en regla. Lamentablemente, cuando volvimos a nuestra casa, nos dimos con que los usurpadores se llevaron todo: ni las puertas internas dejaron. Se robaron las camas, los muebles, intentaron llevarse las bachas pero no pudieron. Tenemos el techo, pero nada más. Vamos a tener que empezar de nuevo”.
El regreso al barrio estuvo marcado por la tensión. Héctor, marido de Dionisia y padre de Luis, había intentado recuperar la casa hace tres semanas, pero a las fuerzas fue echado a la calle. Esta semana, cuando con todos los papeles en regla fueron a recuperar su lugar en la casa 10 de la manzana 42 del sector 4 frente a la plaza principal, un grupo de personas volvió a intentar sacarlos. El padre resistió mientras Dionisia, que estaba en la plaza Independencia sacando lo poco que tiene, corrió a la comisaría 1°: “¡Por favor! ¡Hagan algo! ¡Nos están amenazando de muerte!”, les dijo y consiguió, mediante la fiscalía 9°, custodia permanente en la propiedad: “Tenemos un policía permanente en la puerta hasta el 18 de abril”.
Las amenazas han sido una constante durante este tiempo para la familia de Dionisia, Héctor y Luis: “Han venido familiares de Jazo Acevedo diciéndonos que nos iban a matar a todos si volvíamos a la casa. No sé qué tienen que ver ellos con nuestro problema. Desde que la usurparon, han pasado tres dueños distintos por las casas. Hasta el momento, la gente se ha retirado. Pero después del 18 no sabemos qué puede llegar a pasar”, dice Dionisia, mientras Luis está con sus hijos y Héctor trata de arreglar el desastre que han dejado. Entre tanto daño, un alivio: “Los vecinos se han mostrado contentos con nuestro regreso, nos han llenado de halagos por nuestra lucha, por cómo hemos acompañado a mi hijo en esta batalla. He dormido todas las noches en esa carpa y no queremos volver más ahí. A vivir en la calle sí que no queremos volver más”.
FUENTE: ELTUCUMANO
Durísimo que existan delincuentes que se sienten dueños de la vida y bienes de personas de buena voluntad.
Será porque siguen el “mal ejemplo oficial”???