Descubrieron cómo una droga muy conocida puede producir un efecto que suspendería el avance de enfermedades neurodegenerativas. Un empresario francés financiará la continuidad del trabajo.
El mundo científico mira hacia Tucumán, acá se avanzó en no una cura pero si en una mejora muy importante en la calidad y expectativa de vida de cientos de personas que padecen enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer.
Durante años científicos intentaron detener las consecuencias degenerativas de estas enfermedades, tucumanos encontraron una forma recurriendo a una droga creada hace varias décadas ya: la penicilina. Descubrieron en ella un efecto que frena el avance degenerativo de estos padecimientos neurológicos.
El trabajo trascendió la comunidad científica y es por eso que visita Tucumán el Embajador de Estados Unidos y un empresario francés, este último financiará la continuidad de los trabajos que se realizarán en el laboratorio de investigación en la lucha contra el Alzheimer y el Parkinson.
El ministro de la Producción, Luis Fernández contó que se trata de una dependencia en la que trabajarán el Gobierno de Tucumán junto al Conicet y la UNT. Y justamente el equipo coordinado por la doctora Rosana Chein del Consejo nacional de Investigaciones con la colaboración de la prestigiosa doctora Rita Waisman, otra tucumana que dirige un instituto de investigaciones en Francia, lograron el avance.
Conicet, la UNT y el Gobierno Provincial trabajaron coordinadamente en la instalación del laboratorio, los equipos, de última generación, fueron donados por el empresario francés que seguirá financiando los trabajos.
El Alzheimer es una enfermedad mental progresiva que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral; las manifestaciones básicas son la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual y personal.
El Parkinson es también una enfermedad crónica y degenerativa del sistema nervioso que se caracteriza por falta de coordinación y rigidez muscular y temblores.
Ninguna de estas patologías tiene cura y producen restricciones muy importantes en quienes lo padecen. El descubrimiento tucumano podría suspender los avances degenerativos de estas enfermedades, contribuyendo a una mejora, antes no pensada, en la calidad de vida de quienes la padecen y también en ampliar su expectativa de vida.
fuente: LOS PRIMEROS