La violenta pelea que protagonizaron ayer un inspector de tránsito con un transeúnte en la plaza Independencia tiene su origen en otro incidente que se había producido hace tres años por el secuestro de una moto, según contó uno de ellos.
Silvio Juárez, quien trabaja como empleado en una librería, relató cómo se produjo la pelea. Explicó que ayer a la mañana regresaba del Concejo Deliberante con un carro, en el que había llevado varias cajas con resmas de papel.
“Cuando volvía por la plaza Independencia vi que me encerró un camión de la Municipalidad, en ese momento no me di cuenta de que era él”, dijo, en referencia al empleado municipal Gabriel Ricardo Nieva.
Recién lo identificó cuando el camión se le puso al lado. “Siento que me murmuran y veo por el retrovisor que me hacía señas de que me iba a pegar. Paró el camión y me encerró, me empezó a amenazar”, relató Juárez.
“Cuando te vea de nuevo, te voy a cagar a trompadas, ahora no porque estoy trabajando”, lo amenazaba el municipal, según sus palabras. Fue entonces cuando se desató la pelea que quedó registrada en un video y que se viralizó rápidamente.
Ambos se enfrentaron a golpes de puño y todo terminó cuando llegó la Policía y los trasladó a la seccional 1ª.
Tres años antes
“Todo esto comenzó el 16 de julio de 2015, cuando me agredió y yo lo denuncié. Desde entonces cada vez que lo veo, porque su papá vive a la vuelta de mi casa, me amenaza y me insulta”, aseguró Juárez.
Contó que aquel día se encontraba dejando un pedido en un banco de calles Buenos Aires y Crisóstomo Álvarez porque trabajaba como cadete. Cuando salió, vio que los municipales estaban por llevarse su moto.
“Salí corriendo para evitar que la suban, pero él (Nieva) se bajó del camión, me dobló el brazo y su compañero me pegó una piña, me sacaron de posición el hombro”, dijo.
Juárez se trepó al camión de la dirección de Tránsito Municipal. “Me pedían $500 para devolverme la moto, como yo no tenía esa plata me quisieron bajar a la fuerza con los compañeros, no daba más del dolor”, recordó.
“Al final me mandaron a comprarles gaseosas, pan y fiambre para ellos, eran como ocho personas. Cuando les compré eso, me abrieron el portón y me dieron la moto. Me fui al Centro de Salud para dejar constancia de los golpes y realicé la denuncia, que quedó en la nada´”, agregó Juárez.
El hombre agregó que presentó una nota en la Municipalidad capitalina para denunciar esta situación, pero eso tampoco prosperó. “Me hicieron dos citaciones, yo fui y nunca me atendieron”, afirmó.
fuente: contexto