Ocho meses después de la revelación de los Panama Papers , Gianfranco Macri declaró ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que él era el dueño de la sociedad offshore BF Corporation y exteriorizó más $ 63,5 millones en el blanqueo de capitales que promovió el gobierno de su hermano, Mauricio Macri.
La decisión de regularizar la situación ocurrió mientras las autoridades antilavado alemanas reportaban a sus pares argentinos que habían detectado movimientos sospechosos en una cuenta abierta en el banco UBS, en ese país, y los ejecutivos del estudio Mossack Fonseca reclamaban información a los intermediarios uruguayos de esa sociedad.
Ahora, ante la consulta del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), fuentes oficiales del grupo Socma confirmaron que los hermanos Gianfranco y Mariano Macri eran los dueños, 50% cada uno, de BF Corporation, e indicaron que todos los fondos depositados en el UBS de Alemania pertenecían a Gianfranco, quien los transfirió al banco Safra, en Suiza, y luego los regularizó ante la AFIP, según consta en las copias de los formularios que presentaron ante el organismo tributario y a los que accedió ICIJ.
Cuando se difundieron en 2016 los papeles de Panamá, Mossack Fonseca -sumida en una gigantesca crisis- empezó a reclamar precisiones sobre los dueños de BF Corporation, como hizo con incontables clientes. Se comunicaron sin éxito con el estudio uruguayo Lussich Torrendell & Asociados, que para entonces llevaba años como administrador o intermediario de otras sociedades de la familia Macri; entre ellas, Fleg Trading, en la que el actual Presidente figuró como director.
Lussich contestó que consultaría con “los clientes” y que lo contactaría otra vez “en cuanto tenga respuesta”, lo que nunca ocurrió, según surge de nuevos documentos de “Panamá Papers” que obtuvieron el diario Süddeutsche Zeitung y el consorcio ICIJ, que integra LA NACION.
Hasta entonces, el estudio liderado por el contador uruguayo Santiago Diego Lussich Torrendell se había encargado siempre de responder las consultas de Mossack Fonseca en nombre de BF Corporation sin precisar jamás quiénes eran los dueños de la sociedad.
Renuncia a la sociedad
Creada en 2009, BF Corporation canalizó al menos US$ 16,5 millones que se depositaron en una cuenta abierta a su nombre en una sucursal en Hamburgo, Alemania, del banco suizo UBS. Seis días antes de las elecciones presidenciales de 2015, el estudio Lussich le ordenó al UBS que transfiriera esos fondos a otra cuenta en Suiza y que cerrara de inmediato la cuenta alemana. Autorizó la destrucción de toda la documentación respaldatoria, tal como LA NACION reveló en diciembre de 2016.
El UBS en Alemania reportó lo ocurrido a las autoridades antilavado de su país y generó una reacción en cadena internacional. La unidad antilavado reportó a la Fiscalía de Hamburgo, que no inició una investigación propia pero se contactó a través de Interpol con la Procuración de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), que lo informó a la Justicia penal argentina.
Para entonces, Mossack Fonseca ya se había despegado de la suerte de BF Corporation. Ocurrió en abril de 2016, cuando primero le requirió al estudio Lussich que detallara quiénes eran sus beneficiarios finales. “Esta compañía tiene acciones al portador, siendo las mismas inválidas desde el 31 de diciembre. Debe emitir nuevas acciones”, los conminó.
El 15 de abril, el estudio panameño dio otro paso. Les envió a los uruguayos una factura por 100 dólares por los costos derivados de su renuncia como agente de la sociedad. “En vista que no hemos recibido la información solicitada para completar la debida diligencia [de BF Corporation] y que a la fecha los cambios de Agente Registrado no ha sido culminados, estaremos procediendo como lo establece la ley, a renuncias a nuestros cargos de Directores y Agente Registrado”.
Tres días después, Lussich envió una respuesta escueta: “Les comento a los clientes su email y en cuanto tenga respuesta nos volvemos a contactar”. Pero la identidad de los beneficiarios finales detrás de BF Corporation nunca llegó a Panamá. Por eso, el 22 de ese mes, Mossack Fonseca emitió un acta en la que renunció a representar a la sociedad. Y ese mismo día lo oficializó ante el Registro Público.
En ese contexto, Gianfranco Macri avanzó hacia la regularización de esos fondos. Y el 22 de diciembre de 2016 presentó una “declaración voluntaria y excepcional de bienes en el país y/o en el exterior” ante la AFIP, como parte del blanqueo que impulsó el gobierno de Cambiemos y aprobó el Congreso.
Gianfranco Macri detalló que él y su hermano Mariano controlaban el 50% cada uno de BF Corporation, pero indicó que era suyo el 100% del dinero controlado por esa sociedad, que estimó en $ 63,5 millones, el equivalente a unos US$ 4 millones al tipo de cambio entonces vigente, según la documentación aportada desde Socma.
El equipo argentino de Panama Papers fue integrado por Hugo Alconada Mon, Iván Ruiz, Maia Jastreblansky y Ricardo Brom por el diario LA NACION. También participaron Mariel Fitz Patrick (Infobae), Emilia Delfino (Perfil) y Sandra Crucianelli.
FUENTE: LA NACION