CHIANG RAI (Enviado especial).- Cuatro miembros de los Jabalíes Salvajes FC vieron la luz tras dos semanas de tinieblas. La primera jornada de salvamento concluyó con un éxito inesperado: el primer chico emergió de la cueva a las 17.40 (hora local), más de tres horas antes de lo planeado. El resto llegó de forma escalonada y todos fueron transportados en helicóptero al Hospital de Chiang Rai. Sólo uno está bajo observación médica y no se teme por su estado.
“Hoy todo ha ido como la seda”, resumió a primera hora de la noche Narongsak Osottanakorn, jefe del operativo, en rueda de prensa. El monzón que acompañaba sus palabras, tras unos días de calma, aconseja embridar el triunfalismo.
El drama comenzó hace dos semanas, cuando doce jugadores de entre 11 y 16 años y su entrenador, de 25, se adentraron en la cueva de Tham Luang el 23 de junio, desatendiendo los letreros de prohibición para cumplir un rito iniciático. Mientras estaban dentro, las lluvias provocaron una súbita inundación que frustró su salida. Durante las jornadas que siguieron, el mismo fenómeno impidió que los rescatistas que se abocaron a su búsqueda los hallaran. Recién en el noveno día, cuando el país ya digería su pérdida, los adolescentes y su entrenador fueron localizados por dos buzos británicos.
Tras el rescate de los primeros cuatro chicos, las labores se suspendieron y serán retomadas en un lapso de entre 10 y 20 horas, cuando los buzos hayan repuesto las reservas de aire comprimido. La meteorología apremia. El nivel de las aguas no ha subido aún pero lo hará si no cesan las lluvias que anoche caían sin compasión sobre esta provincia tailandesa en la frontera con Myanmar.
Seis helicópteros, trece ambulancias y un camión con botellas de oxígeno esperaban frente a la misma entrada de la cueva que un equipo juvenil de fútbol y su entrenador atravesaron dos semanas atrás. También esperaban bomberos, psicólogos y familiares.
El millar de periodistas ya habían sido debidamente alejados desde primera hora. El escenario estaba preparado cuando el primer chico salió desde las entrañas de la montaña mientras se ponía el sol, bajo lo que entonces aún era una tenue llovizna.
fuente: la nacion