Una balacera se registró en el barrio San Cristóbal, en medio de celebraciones por el Día del Niño, por disputas entre dos familias En el hecho, ocurrido en la zona sur de esta ciudad, también resultaron heridas otras dos personas. La Policía investiga el origen de la trifulca vecinal
Parte del vecindario festejaba ayer el Día del Niño en una casa particular cuando los estallidos de las armas de fuego se adueñaron del pasaje Chubut al 2.400. Después del mediodía, en el barrio San Cristóbal, en la zona sur de la capital, ocurrió un tiroteo del que resultaron dos hombres muertos . Otras dos personas fueron internadas en el hospital Padilla con heridas de bala; permanecían anoche en estado reservado.
Los tiros resonaron cerca de donde estaba ubicado este grupo de niños y adultos. Según las pericias, hubo más de 30 disparos en un área de 50 metros, tanto en la calle como en el interior de la vivienda de uno de los fallecidos, René Antonio Noriega.
La Policía y familiares de los involucrados en la balacera reconocieron, en el marco de la investigación, al hombre de 41 años, que ingresó al Padilla ya sin vida. Hugo Horacio Daverio, de 39 años, fue la otra víctima, quien murió luego de ingresar al centro sanitario de alta complejidad con una herida de arma de fueen la zona del tórax.go
Los investigadores comenzaron a evaluar los indicios y las pruebas. Según se dijo, Noriega habría escuchado disparos durante la madrugada afuera de su casa. Luego se habría enterado que la familia de Carlos Naranjo había organizado esa noche una fiesta en una vivienda particular de la zona.
Por ello, Noriega salió decidido a hacer conocer de su enojo. Bajo esas condiciones se habría encontrado en una vivienda de las inmediaciones con Federico Sánchez, de 24 años, vinculado con los Naranjo. Allí se habría producido un primer enfrentamiento, en el que Sánchez cayó herido de bala. El Personal de Homicidios de la Policía, a cargo de los comisarios Jorge Dip y Diego Bernachi, asentaron luego restos de proyectiles y mancha de sangre en ese punto durante la peritación. Al enterarse del hecho, Naranjo, junto con Daverio y otras personas no identificadas, se habrían presentado en la casa de Noriega. Este último habría alcanzado a desalojar a sus parientes antes de que llegasen.
El grupo rival ingresó al interior de la casa, donde Noriega, al parecer, los esperaba armado. Allí se produjo la disputa más violenta y en la que resultó muerto el supuesto propietario de la casilla, de acuerdo a la pesquisa. Daverio, que recibió una bala en su pecho, logró salir, pero cayó tendido sobre el cordón cuneta, a uno 50 metros.
Naranjo fue intervenido en el quirófano del Padilla y su diagnóstico era de herida en pulmón, diafragma e hígado inestable. Mientras que Sánchez, quien también fue intervenido en el mismo hospital, sobrellevaba una herida en estómago y colon, de acuerdo a fuentes sanitarias.
La versión familiar
“Anoche, el ‘loco fede” (sería Sánchez) hizo un tiro en medio de la calle. Él (Noriega) se levantó y le dijo a mi mamá que iba a salir para reclamarle por lo que había sucedido. Mi madre le dijo que no lo haga, pero no hizo caso. Cuando estaba con el ‘loco’, salió ‘Nati’ Naranjo y comenzó a hacerse el loco. Así, luego se armó ‘la discordia’”. Lo contó Priscila Ruiz, quien se presentó como la hijastra de Noriega.
Ella habría identificado a otra persona, pariente de Naranjo, como uno de los supuestos protagonistas del violento incidente. “Mi padrastro volvió a la casa y le dijo a mi mamá que saque a los chicos y los lleve a la vivienda del hermano. Él se quedó. Después vinieron y comenzaron los tiros. Él sale y le ‘mete’ a Naranjo”, añadió.
Ruiz contó que Noriega había mantenido una relación laboral con Carlos Naranjo tiempo atrás. “Hoy trabaja en una panadería”, enfatizó.
Los fallecidos y heridos fueron trasladados al hospital en diferentes vehículos. Los pesquisas no descartaron que también exista otras causas posibles para la pelea. “Todos nos conocíamos, hasta que llegó la plaga esa a vender porquería, droga”, expresaron familiares de Noriega, apuntando a los agresores.
FUENTE: LA GACETA