Emmanuel Macron está en Buenos Aires por la cumbre de líderes globales, pero en Francia continúa la crisis desatada por el precio del combustible. Hay más 100 personas detenidas
“Individuos equipados y determinados, desde muy temprano (…) actuaron de forma muy violenta. Las fuerzas de seguridad señalaron haber sufrido ataques de una violencia rara vez alcanzada”, dijo el primer ministro desde la prefectura de policía de París.
Esta es la tercera jornada de protestas de los “chalecos amarillos” en Francia, tras las del 17 y del 24 de noviembre pasado, que ya se saldaron con disturbios.
Las fuerzas de seguridad francesas habían dispersado a los manifestantes con gases lacrimógenos al inicio de la jornada. Pero las miles de personas movilizadas volvieron a tomar la ciudad más tarde, montando barricadas, prendiendo fogatas e incendiando autos en distintos puntos.
Hay “200 manifestantes pacíficos en Campos Elíseos” y “1.500 agitadores (…) que buscan pelea. Nuestras fuerzas de seguridad responden presente y repelen a los alborotadores”, tuiteó el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.
A media mañana, los enfrentamientos proseguían en torno al Arco de Triunfo, en la parte alta de los Campos Elíseos, entre policías y manifestantes, algunos de ellos enmascarados.
Los alborotadores forzaron las barreras que rodeaban el monumento y escribieron con pintura en él: “Los ‘chalecos amarillos’ triunfarán”. “Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación. No estoy contento con estas imágenes, me sorprenden”, declaró Philippe.
Mientras que las escenas de caos se repiten en torno a la Place Étoile, donde se encuentra el Arco del Triunfo que corona los Campos Elíseos, con el incendio de terrazas, lanzamiento de adoquines, y lanzamiento de agua mediante cañones o gases lacrimógenos por parte de los antidisturbios, medio millar de manifestantes protestaba de forma pacífica a lo largo de la avenida.
Los “chalecos amarillos” visten esta prenda obligatoria en carretera y reclaman principalmente la suspensión del alza de impuestos a la gasolina y el diésel. El movimiento ha mostrado su división entre pacíficos y otra parte cada vez más radicalizada. “Quiero que la tensión suba porque si seguimos siendo amables nadie va a hacernos caso”, argumentó un manifestante en la emisora BFM TV.
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fuente: infobae