Ocurrió el 11 de noviembre de 2016 en el despacho del diputado José Orellana. Según el relato de la víctima, “Luz”, empleada de una diputada del Congreso de la Nación, y el legislador justicialista tucumano, apodado “Mellizo” por su hermano Enrique, que ganó su banca en 2015 con el Frente para la Victoria para desertar del bloque meses después, habían quedado a solas.
En un momento, el diputado comenzó a insistirle con que anotara su teléfono, que lo llamara, que le preguntara cómo estaba. Le decía a “Luz” que la veía flaca, que quizás era un tema de ansiedad.
Segundos después, el diputado la tomó y comenzó a darle “besos húmedos en la oreja”, según el testimonio de la mujer. “Nadie te besó así, ¿no?”, le habría preguntado Orellana. “Claramente no”, le respondió “Luz”. Asqueada, en shock, fue a Retiro, a comprarle pasajes a su jefa. Diez días después, “Luz” denunció a Orellana por abuso sexual.
La denuncia recayó en el Juzgado Nº6, a cargo de Alejandra Provitola, que le dio intervención a la UFEM, el ala del Ministerio Público que investiga delitos de violencia de género a cargo de la fiscal Mariela Labozzetta. El diputado negó todo en un descargo presentado. Habló de una operación en su contra.
En abril del año pasado, la jueza Provitola le dictó la falta de mérito al diputado, una decisión que fue ratificada por la Sala VII de la Cámara Criminal y Correccional y fue apelada por la UFEM.
La semana pasada, la fiscal Labozzetta redobló la apuesta luego de que le devolvieran la causa para continuar la investigación: le pidió a la jueza Provitola que Orellana sea procesado, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae.
La presentación hecha por Labozzetta incluyó, por ejemplo, la enumeración de mensajes de WhatsApp que Orellana le envió a su presunta víctima dos días después del supuesto hecho. La UFEM se los atribuye directamente al diputado: “Amiga, yo sé que en vos y en tu corazón nunca está el ánimo de hacer daño y yo con vos tuve un trato de amigo con respeto”, aseguró a las 15:22 de ese día. Cuatro minutos después, continuó: “Lo único que te pido si es cierto que hay denuncia que no me perjudiques porque yo tengo familia y en mi cargo complica todo. Gracias de corazón. José Orellana”.
Por otra parte, declararon varios empleados del Congreso que aseguraron que ese día la vieron “pálida”, “alterada”, “nerviosa”. Uno de ellos mencionó una charla a solas con “Luz” donde la presunta víctima de Orellana contó que el diputado le lamió la oreja en vez de saludarla con un beso. “Ella estaba como en un estado de shock, nunca la había visto así”, aseguró el testigo. La psicóloga de “Luz” también declaró, habló de “operaciones defensivas, que son las que defienden al sujeto de la angustia de nivel superior”.
En su entrevista con especialistas de la DOVIC, el ala de acompañamiento de víctimas de violencia de género de la Procuración, “Luz” habló del miedo a cruzarse con Orellana, de alteraciones en el sueño, de que tuvo que mudarse con sus padres “para sentirse protegida”. Relató un hecho por lo menos grave: aseguró que un asesor de Orellana se encontraba hablando con los expertos que debían evaluarla en el Cuerpo Médico Forense, algo que la alteró profundamente.
Las cámaras de seguridad a la salida del despacho del diputado tucumano en el Anexo H del Congresos, que fueron relevadas para la causa, se condicen con la declaración original de “Luz”, según los cálculos de la UFEM. La propia jefa de la víctima, también diputada, declaró en el expediente y validó el relato de su empleada.
Orellana tuvo su última intervención resonante en el Congreso al votar en contra del aborto legal, seguro y gratuito en junio último. Aseguró que “500 abortos” son “500 niños que mueren”.
fuente: infobae