Un desconocido Atlético dejó en Victoria gran parte de sus chances para acceder a la final de la Copa de la Superliga, al caer por goleada ante un efectivo y vistoso Tigre.
El conjunto de Gorosito entró decidido a asegurar el resultado de local, controlando desde el inicio el juego, sin permitir que los de Zielinski se apoderen de la pelota.
Jugar a la defensiva suele ser cómodo para el decano, pero no esta vez. Es que el eje de creación de Tigre en la mitad de la cancha funcionó a la perfección, causando zozobra al fondo tucumano.
Menossi, de gran partido, abrió el marcador a los 15 minutos cerrando una muy buena jugada colectiva. Y Cavallaro estiró la diferencia cuando se jugaban 41′ y en Atlético ya imploraban por el final del primer tiempo.
Fue inútil, porque lo que pudo haber dicho el Ruso en el entretiempo cayó en saco roto. Antes de los 10′ Morales ya había puesto el 3-0, lo que demolió la moral de la visita.
olazo, con un latigazo cruzado entrando solo al área, elevó a 4 la diferencia. Iban apenas 11 minutos del complemento. Atlético no atinaba a nada, totalmente superado por su rival.
Para colmo de males, 3 minutos después Cavallaro repitió poniendo el 5 a 0, para el éxtasis de la parcialidad del matador, que ovacionó a su equipo en lo que fue el último partido en su cancha en primera división.
Del otro lado, la contracara. A Atlético no le salía nada y las pocas que tuvo se estrellaron contra la solidez del arquero Marinelli, quien entre otras cosas le sacó un cabezazo a quemarropa a Leandro Díaz.
Los partidos tienen que jugarse. Hasta el final. Sino pregúntenle al Ajax o al Barcelona. Pero cuando se cae sin atenuantes ante un rival largamente superior, el que más sufre es el ánimo.
En eso tendrá que trabajar y mucho Zielinski para que el Deca mantenga vivas sus ilusiones de jugar la final de la Copa.