“Todos cedimos para construir un triunfo y un nuevo gobierno. Cristina también cedió. En la elección de Alberto hay implícita una autocrítica”, afirma Sergio Massa
Sergio Massa recibe a LPO en sus oficinas de avenida del Libertador, un extraño edificio mezcla de loft y local comercial que el líder del Frente Renovador exprimió en su largo regreso al peronismo. Los ambientes luminosos están cargados de fotos: la cara del tigrense aparece en todas. Se lo ve relajado y hasta contento en este regreso a la fuerza que lo llevó a los primeros planos de la política nacional. Viene de una recorrida por el Conurbano y se prepara para los últimos dos días de campaña con Alberto Fernández en Rosario y Córdoba.
De menor a mayor, Massa fue ganando centralidad en una campaña que necesita como el agua sumar indecisos en el tramo final. “Alberto será un excelente presidente”, confía y cuenta que una de las condiciones para aliarse con Cristina Kirchner fue incorporar a la plataforma de Todos una agenda de lucha contra la corrupción, para lograr “un peronismo republicano y democrático”.
Estamos a dos días de la primaria, ¿se enderezó la campaña de Alberto?
La campaña tuvo dos etapas. Una en la que el Gobierno trabajó en instalar sólo la campaña sucia, pero en la que finalmente después se impuso la agenda económica. Desde que se empezó a discutir la realidad -situación pyme, empleo, pobreza, retenciones- el Gobierno no volvió a encontrar el rumbo y tira todo el tiempo manotazos de ahogado, además con la dificultad de que por la frustración que hay de los votantes con Macri, deciden esconderlo. Hoy veía videos de reparto de boletas en municipios del interior y el Conurbano donde directamente reparten la boletita cortada los propios candidatos de Cambiemos. Vengo de recorridas, no encontré ni un solo cartel de Macri. Todos se esconden bajo la figura de Vidal porque saben que Macri hoy tiene un nivel de rechazo brutal.
La pelea hoy es por los “indecisos” y en el kirchnerismo resaltan su importancia para eso. ¿Por qué su figura atrae el “voto blando”?
Es el perfil del Frente Renovador, que trabajó durante varios años sobre ese voto blando y nos permite tener mayor vínculo sobre el votante independiente. Entonces tenemos la tarea de explicarle cómo superamos el fracaso de Macri, cómo construimos años virtuosos para la Argentina, por qué la decisión de construir el frente de Todos. Es una tarea muy linda, de cercanía y mucho contacto, pero es una ayuda más alrededor de la candidatura de Alberto que está consolidada.
¿La campaña de ustedes fue de peor a mejor?
Sí y va a seguir tomando forma después del 11 de agosto. La campaña del gobierno no encuentra su rumbo básicamente porque no le encontró el rumbo a la economía estos cuatro años. La realidad está derrotando al gobierno. La de la heladera, la boleta de servicios público, los telegramas de despido, el de pymes.
Existe una incógnita sobre qué camino tomaría Alberto Fernández para reactivar la economía. ¿Hay posibilidad de que regresemos a una economía como la que caracterizó los mandatos de Cristina con una fuerte intervención del Estado? ¿Puede volver a un cepo?
Alberto va a ser un gran presidente. Argentina va a una etapa de defensa de la economía argentina. Alberto va hacia eso, privilegiar las pymes porque te generan el 70 por ciento del empleo y por eso vamos a un régimen diferenciado en materia impositiva para las pymes, que va a significar una reducción de la presión impositiva de 30 por ciento para pymes y comercios.
Vamos a una recuperación del mercado interno, por eso Alberto plantea la importancia del consumo y la recuperación del salario y jubilaciones como forma de reactivación. Vamos a esquema de desdolarización de algunos servicios, básicamente porque el problema más serio con el que nos enfrentamos es que los trabajadores argentinos compran y venden en pesos. Macri puso tarifas en dólares para favorecer a (el empresario Nicolás) Caputo y sus amigos, eso les dio a pocas empresas buenos balances pero empobreció a todo el resto de los argentinos.
Pocas veces un presidente que enfrenta una elección pareja tiene un apoyo explícito de importantes actores geopolíticos como el FMI, EEUU y Brasil como consiguió Macri. ¿Hasta dónde los impacta esa situación?
Primero tenemos que lograr la confianza de los argentinos. Una vez que la tengamos, decirle al mundo que Argentina va a cumplir sus obligaciones, pero va a cumplirlas con la potencia de vender trabajo argentino al mundo, no a costa de vender jubilaciones, cerrar pymes, no a costa de dolor sino a costa de esfuerzo y trabajo. Y creo que ese es el paradigma, la diferencia más importante entre la propuesta de Macri y la de Alberto.
Habla sólo de la propuesta de Alberto, ¿Cuál es el lugar de Cristina en esta campaña y cómo fue su acercamiento a ella?
Nosotros teníamos una responsabilidad que era no dividir la oposición porque eso era ser funcionales a Macri. Los argentinos nos pedían en todos lados que trabajemos en un proyecto de país que nos permita construir un nuevo Gobierno y una nueva mayoría.
Lo hicimos además sobre la base de un acuerdo programático, en el que mantenemos nuestra identidad como Frente Renovador. Somos parte de una coalición de partidos, pero además definimos programas de gobierno, que tiene como base un acuerdo económico y social a convocar desde el 11 de diciembre.
Muchos de los que hoy son parte del apoyo a este gobierno, en esa fecha los vamos a necesitar para llevar adelante los cambios que Argentina necesita producto del fracaso de Macri. Vamos a necesitar de muchas manos, mucho diálogo, mucho acuerdo. En eso, todos tenemos experiencia para aportar del aprendizaje de nuestros propios errores y Alberto tiene la capacidad de escuchar, dialogar, tratar de encontrar síntesis todo el tiempo en las cosas en las que aparecen diferencias. Ese es el mérito que lo lleva a que el 11 de diciembre se transforme en un gran presidente.
¿Qué tiene de diferente la Cristina de hoy a la que usted enfrentó todos estos años?
Lo más importante es que todos cedimos un poco para construir un triunfo y un nuevo Gobierno. Ese ceder todos un poco lo que muestra es que hay comprensión e la etapa que viene. En ese sentido nosotros cedimos de nuestra pretensión presidencial, Cristina también cedió. En la elección de Alberto hay implícita por parte de todos una autocrítica respecto a los errores del pasado.
Fue muy crítico de La Cámpora desde que se alejó de Cristina en 2013. ¿También cree que los militantes de esa organización cambiaron?
A mí me parece que cada organización política tiene su proceso, sus tiempos, su crecimiento, su propia experiencia en la gestión y fuera de la gestión. Hay como una idea de que es incompatible poder encontrar puntos de consenso o de acuerdo en las políticas públicas. Yo lo que busco centralmente es ponerme de acuerdo en qué políticas vamos a llevar adelante para levantar a la Argentina. La cuestión de la convivencia cotidiana se resolverá dialogando.
Vidal dice que si gana Axel Kicillof el poder en la Provincia lo va a tener Máximo Kirchner…
A mí me parece que hay toda una idea de tratar de enchastrar la elección con nuestra discusión interna porque el gobierno necesita romper la potencia del Frente de Todos. Esto es como si yo dijera: “Pichetto va a ser más poderoso que Macri en la etapa que viene si Cambiemos gana”. ¿Yo quién soy para decir eso desde el Frente de Todos? Creo que esta cosa de pretender meterse por la ventana en la construcción de la otra fuerza política solamente demuestra la debilidad del gobierno. Necesitan atacarnos porque no tienen qué proponerles a los argentinos, no hay un solo indicador que puedan mostrar con resultados positivos.
Más allá de esa estrategia del Gobierno, es real que existen diferencias importantes entre ustedes. La situación de Milagro Sala que enfrenta su visión con la del kirchnerismo duro, por mencionar una.
El Gobierno hizo de su diferencia entre el radicalismo, Carrió y el PRO como una virtud. ¿Por qué en nosotros es un defecto y en el gobierno una virtud? Un efecto concreto: ¿Qué va a primar en Cambiemos, la posición de Pichetto respecto al tema de los fueros o la de Carrió? ¿En Extinción de Dominio, primará la postura de Laura Alonso o la de Pichetto?
Seguramente prime la postura de Macri y Peña en todos los temas. ¿En el Frente de Todos la postura de quién va a primar?
En los grandes trazos de hacia dónde va a ir la economía estamos de acuerdo en que tenemos que ir a una Argentina con mercado interno potente, recuperación de salario y la jubilación, reducción de impuesto a la pyme. Hay una agenda que planteamos desde hace tiempo y no tiene contradicciones entre nosotros o contraindicaciones para la gente.
¿Cómo califica la gestión de Vidal? ¿Es cierto que antes del cierre de listas evaluó hacer un acuerdo político con ella?
El problema más serio que enfrentó Vidal en todos estos años es que cada vez que tuvo que elegir entre Buenos Aires o Macri lo terminó eligiendo a Macri. En la suba de tarifas, en el desdoblamiento electoral…La provincia quedó como rehén del fracaso de Macri. Ahí está el nudo del problema. Para recuperarse, la Provincia necesita autonomía. Yo no me desdigo de lo que dije, digo y pienso.
La gestión de Scioli a mí me pareció espantosa y lo sostengo, así como creo que el mejor gobernador desde la vuelta de la democracia hasta ahora fue Felipe Solá y lo sigo diciendo a pesar de mis diferencias. El otro problema de la Provincia es que no hay Gabinete. Si nos paramos acá en la puerta y le preguntamos a la gente el nombre de dos ministros de Vidal, nadie los conoce. Ella no tiene equipo. Y el tercer gran problema es que gobierna la Provincia desde Capital Federal. Es muy difícil encontrar a sus funcionarios en la Provincia.
¿Pero existió la posibilidad de un acuerdo con Vidal?
A lo largo del proceso previo al congreso del Frente Renovador todo el tiempo aparecían situaciones alrededor de nuestra posición política por el peso que podía tener nuestra determinación sobre el voto blando. Pero la verdad es que no podía ni puedo pensar que mi voluntad personal o mi opción individual podía ser contra la mirada colectiva de los argentinos. La gente nos pedía con claridad que nos uniéramos y agotáramos los esfuerzos para sacar a este gobierno. Cualquier otra cosa era funcional a la división de la oposición, que era lo que buscaba Macri. Él todo el tiempo buscó dividirnos entre opositores buenos y malos, lindos y feos, cuando en realidad el problema es que la gran mayoría de los argentinos estamos en contra del camino que eligió.
¿Por qué Kicillof sería un buen gobernador y qué espacios les prometió a los intendentes en su futuro gabinete?
No creo que hoy sea tiempo de andar en negociación de cargos. Hoy nuestra responsabilidad es decirles a los argentinos con claridad, y a los bonaerenses, cómo vamos a levantar la Provincia y el país. La discusión sobre si les da uno o dos ministerios es berreta, la gente está harta de esa lógica de la política sanguchera. Lo que tenemos que hacer es decirles cuál es el camino para poner de pie a la Argentina. La discusión sobre quiénes son los mejores para hacerlo empieza cuando la sociedad nos de la responsabilidad de gobernar. No hay que comerse el postre antes que el plato.
Como diputado tuvo mucho protagonismo usted y su fuerza política en una agenda de leyes anticorrupción. Fue aliado a Macri en algunas, como la del Arrepentido o Extinción de dominio. ¿Esa agenda va a seguir en un futuro?
Sí. Está en el acuerdo del programa de gobierno del Frente de Todos.
Pero no fue una coincidencia que tuvieron con el kirchnerismo en estos años, ¿qué garantiza que la tengan de acá en adelante?
Es parte de las condiciones que impusimos, en un buen sentido, que charlamos, para sostener una agenda que tiene que ver con que uno de los grandes desafíos del peronismo del siglo XXI es un peronismo con calidad institucional, republicano, democrático.
¿En ese peronismo hay lugar para todos los dirigentes que hoy rodean a la ex Presidenta?
El que no pueda explicar lo que tiene y deba ir preso, que vaya preso. Se llame como se llame, a mí no me importa y no tengo ningún compromiso con ninguno. Nuestro compromiso es con el ciudadano que nos vota.
¿Esto lo habló con Cristina?
Esto lo hablé con cada uno de los integrantes del Frente de Todos.
¿Y cuál fue la posición de Cristina sobre esto?
Está en el programa de gobierno. Esa es la respuesta. Es una respuesta no individual, sino de partidos en una coalición de partidos.
¿Cuáles son las prioridades que planteó Cristina para un futuro gobierno?
¿El problema sabés cuál es? Que eso es hacerle el juego al Gobierno, porque el presidente va a ser Alberto.
Pero Cristina forma parte del espacio.
Sí, como soy parte yo, como son parte los gobernadores… Es importante, tiene experiencia, tiene cosas para aportar. Pero el gobierno trata de plantear que esta es una elección donde compite con un candidato a vicepresidente. Así como nosotros tenemos orgullo por mostrar a Alberto y ellos esconden a Macri y tratan de ver cómo generan la pelea sobre el odio, nosotros la pelea que planteamos es sobre el futuro de la Argentina, que tiene que ver con superar el fracaso de un presidente que por insensible y caprichoso perdió una oportunidad histórica.
Si Cristina no se corría y encabezaba ella la boleta, no hubiera aceptado ser parte de ese espacio…
Si mi abuela tuviera bigotes no sería mi abuela. Es una hipótesis contrafáctica que no existe.
Vamos a un tema de gestión. El otro día en el acto en Malvinas la ex Presidenta pidió una ley para regular la toma de deuda externa y que no sea una facultad discrecional de cada presidente. Hayvarios proyectos cajoneados en el Congreso, ¿Qué opina?
El mejor proyecto que hay en el congreso es el de Rodríguez Saá que ahora casualmente es parte de Juntos por el Cambio. Increíble, están juntos los que toman deuda y los que defaultean. Es una cosa mágica que no he visto que haya gente escarbando alrededor de eso: el presidente del default y el presidente endeudador, abrazados en un mismo proyecto. Una cosa de locos. Nosotros por lo menos tenemos la tranquilidad de poder mostrar que todos y cada uno de nosotros desde nuestra responsabilidad institucional trabajamos sobre el desendeudamiento. Es un buen proyecto que la cámara de diputados debería tratar después de diciembre.
El otro tema es la reforma previsional. El gobierno ahora insiste con que no alcanzó con la fórmula de hace un par de años -que ustedes rechazaron- y se habla de otra reforma. ¿Hace falta?
El gobierno necesita cumplir con las metas del FMI y prometió un ajuste que es el más cruel, porque es sobre los jubilados. Aumento de la edad jubilatoria, recorte de jubilaciones, ya lo viene haciendo. Los jubilados perdieron 19,5 por ciento del poder de compra con este gobierno. Son las víctimas más palpables de la crueldad de la política económica de Macri y les van a seguir recortando porque los miran como un número y no como a personas que trabajaron toda la vida.
Lo que hace falta en Argentina es poner en marcha el aparato productivo y crecer. Una revolución exportadora para generar dólares genuinos y recuperar el mercado interno. Este gobierno esperó cuatro años una lluvia de inversiones que no vino porque en realidad escuchó a los que venían a timbear. Tuvieron la fuga de capitales más importante de la historia democrática argentina. Durante su gestión se fueron 65 mil millones de dólares. Es más que lo que nos dio el Fondo. Ésta es la muestra más clara de que el mercado no confía en Macri, porque si lo hiciera se hubieran quedado.
Lavagna menciona siempre la fuga de capitales. ¿Qué pasó que pese a esas coincidencias hoy es candidato de un tercer espacio?
Roberto es un brillante profesional, un tipo muy lúcido para mirar el proceso de desarrollo económico…pero un buen número 9 no necesariamente es un buen director técnico de un club de fútbol. Un buen médico pediatra no necesariamente es buen cirujano, cada uno tiene su especialidad. Uno tiene que saber encontrarle a cada uno el lugar que mejor le va. Creo que Roberto terminó encerrado en una cosa muy chiquita porque les dio la espalda a los gobernadores al principio, no entendió la lógica de las primarias…ahora su candidatura es casi testimonial.
En esta lógica de que cada uno debe encontrar el lugar que mejor le va, usted siempre dijo que el suyo es el de conducir. ¿Por qué en esta elección no terminó de candidato a Presidente como quería?
Mi sueño y mi vocación de ser presidente la sigo teniendo, lo saben todos. Tengo 47 años y tengo claro que en este momento mucho más importante que mi ambición eran los sueños de millones de argentinos que quieren vivir mejor. A veces uno tiene que aprender a dar un paso atrás, con humildad, para encontrar el resultado que la sociedad busca en términos colectivos. Eso también le hace bien a la política. Tener estos gestos también es parte del aprendizaje en el camino de un dirigente que se permite construir. No siempre es ganar o hacer lo que uno quiere. A veces uno tiene que hacer lo que debe. Y lo que yo debía hacer en este momento es ayudar a construir una nueva mayoría para derrotar a un gobierno que lastimó a la mayoría de los argentinos.
fuente:lapoliticaonline