Encuentro entre la Iglesia y el Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán para articular acciones territoriales y reforzar la asistencia que se brinda en la provincia. “Que comer no sea un privilegio”, reclamó el ministro Gabriel Yedlin. La pastoral se suma al reclamo ante Nación de los titulares de diez carteras sociales.
“Encuentro de diálogo” fueron las palabras en las que coincidieron las autoridades del arzobispado y el Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán tras en el encuentro entre ambas partes ante la crisis socioeconómica que afecta al país, luego de que diez conductores de carteras sociales de provincias peronistas instaran a la Nación a declarar la Emergencia Alimentaria. El arzobispo Carlos Sánchez y el ministro Gabriel Yedlin acordaron coordinar acciones para reforzar la asistencia territorial.
Luego del encuentro, Yedlin explicó que desde la cartera que conduce “estamos muy agradecidos con Monseñor Sánchez, que ha podido darse el tiempo de juntarse con nosotros y analizar las dificultades alimentarias, en el marco del reclamo generalizado, con posibilidad de tener recursos para ayuda a la gente”. “Cuando uno habla de emergencia alimentaria, se refiere a que hayan recursos reales y concretos, que lleguen a todos los dispositivos y que aseguren que la gente más humilde y con mayor necesidad, no pase hambre”, añadió.
El ministro de Desarrollo Social y legislador electo remarcó que “en este contexto, la Iglesia es un actor fundamental, que incluso ha manifestado en el episcopado la misma preocupación. Todos estamos reclamando a Nación que declare la emergencia alimentaria, pero para que se generen las oportunidades de acceder a recursos”. Participaron del encuentro funcionarios de la cartera de Desarrollo Social de Tucumán, autoridades eclesiásticas y de Cáritas Tucumán.
“Necesitamos otra Argentina, con otras oportunidades, con un modelo económico diferente, en donde comer no sea un privilegio. En estos cuatro años, hemos tenido un trabajo muy sólido con la Iglesia, a través de Caritas, que sin dudas es una institución con mucha presencia y acompañamiento social. Queremos que esta articulación se fortalezca aún más en la próxima gestión”, enfatizó Yedlin.
El arzobispo Carlos Sánchez subrayó a su vez que “todos somos testigos de esta crisis. Los tucumanos nos damos cuenta y vemos cada vez más gente en la calle, con mayores necesidades alimentarias. La pastoral social del Episcopado ha solicitado la emergencia alimentaria y nutricional. Debemos levantar la mirada y ayudarnos mutuamente, sobre todo a quienes más lo están necesitando”.
“En este momento de crisis, hay mucha gente trabajando, organizaciones sociales, Estado y la Iglesia, todos involucrados en acompañar a quienes más lo necesitan. Debemos dignificarnos, considerar al otro como mi hermano y ayudarnos mutuamente. En tiempo tan duros, no debemos ensimismarnos, sino levantar la mirada y ayudar a mi hermano”, afirmó.
La Emergencia Alimentaria
La última vez que se aplicó la Emergencia Alimentaria en la Argentina fue a raíz de la crisis del 2001 y estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 2002. Es un reclamo de la oposición desde 2017 y el tema volvió a la agenda nacional tras el encuentro de la Liga de Ministros de Desarrollo Social donde los titulares de las carteras sociales de más de diez provincias justicialistas expresaron su preocupación y solicitaron al Gobierno Nacional que tome medidas urgentes ante la situación actual.
La Ley de Emergencia Alimentaria propone la creación del Programa Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional como instrumento para garantizar la alimentación de la población más vulnerable, aquellos que tienen menos de 16 años. Se requiere el incremento de las partidas presupuestarias para merenderos y comedores comunitarios y que ello se complemente con la distribución de 10 mil millones de pesos para fortalecer la asistencia en todo el territorio nacional.
Desde el gobierno nacional se resisten a avanzar con el proyecto opositor y sostienen que “sus alcances ya están contemplados dentro de la Ley de Emergencia Social que el Congreso aprobó en diciembre de 2016”, según apuntó Perfil. Los informes del INDEC arrojan que la pobreza afecta al 46,8% de los menores de 14 años, mientras que el 14,5% de los chicos argentinos pasaron hambre en el último año. El pasado 26 de agosto la Universidad Católica Argentina presentó un informe donde detalla que cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes de la provincia de Buenos Aires se alimentan en comedores comunitarios, la mayoría en escuelas.
En Tucumán, un informe del INDEC presentado en marzo de este año arrojó que el índice de pobreza creció 8 puntos en el Gran San Miguel de Tucumán – Tafí Viejo en el último semestre de 2018, pasando el mismo del 24% al 32%. El informe índice que en ese período cerca de 70 mil tucumanos pasaron “a ser pobres”, según explicó en su momento Julio Saguir, secretario de Gestión Pública y Planeamiento de Tucumán. Los últimos años, la provincia mantuvo las escuelas y principalmente sus comedores abiertos durante los recesos de invierno y verano para no cesar la asistencia social y alimenticia que allí se brinda a los niños, niñas y jóvenes.
fuente:eltucumano