Se trata de Raúl Martínez, quien presidía la empresa tecnológica estatal. La nueva gestión designó como gerente general al actual presidente Pablo Tognetti.
El funcionario, que está al frente de la que fue una empresa de vanguardia en soberanía estatal, estuvo preso y procesado en los ´90 por contrabando agravado, evasión impositiva y obstrucción de la justicia como cabeza de una offshore con la que los Macri hacían negocios desde la automotriz Sevel.
Arsat fue una de las últimas empresas estatales en cambiar su directorio, con la asunción del nuevo gobierno de Alberto Fernández. Recién la semana pasada asumió el nuevo presidente de Arsat, Pablo Tognetti, quien fue designado en simultáneo como su gerente general en la compañía estatal, que depende del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Nadie imaginó que su antecesor en el cargo, Raúl Martínez, se iba a atrincherar en la empresa tecnológica estatal, renunciando sólo como presidente del directorio, pero queriendo mantener su cargo de gerente general, en superposición con la nueva conducción de Arsat. Por eso, el directorio cesó en el cargo a Martínez, quien se niega a renunciar y reclama una doble indemnización a la actual gestión.
Clarín intentó comunicarse con Martínez, pero el (cesado) funcionario macrista no quiso hacer declaraciones a este diario. Sin embargo, fuentes del Gobierno confirmaron la extraña situación y dijeron que esperan que en estos días renuncie no sólo Martínez, sino también otros 10 funcionarios políticos de la anterior gestión (7 gerentes y 3 subgerentes), que están reclamando doble indemnización para dejar sus cargos.
“Se les pidió la renuncia a todos los cargos políticos, pero ninguno quiere renunciar. Todos quieren indemnización”, dijo una fuente oficial. Y añadió que además Martínez hizo numerosos gastos irregulares, “ninguno de los cuales pasó por el directorio”, como “la construcción de un helipuerto, que nunca se usó, hasta que vino un helicóptero el viernes pasado, para hacer pruebas de la Policía Federal, que nadie sabe quién lo llamó”.
Luego de publicada la nota de Clarín en su sitio web, ante la fuerte repercusión que tuvo esta situación, fuentes cercanas a Martínez señalaron que “ellos están instrumentando la desvinculación (de Martínez) de la empresa. Y que él espera que Tognetti le informe” cómo lo desvinculan, ya que en este momento está de vacaciones. Además, aclararon que la posición de Martínez está en línea con la defensa de “los derechos de todos los demás gerentes, para que se los indemnice a todos, ya que es una empresa pública que tiene superávit económico”. Igual, señalaron que ante el cariz que tomó la situación, al hacerse públicas sus pretensiones, podría llegar a presentar su renuncia en los próximos días.
En el Gobierno están furiosos con Martínez, quien ingresó en el directorio de Arsat en agosto de 2017, luego de ser secretario de Infraestructura Tecnológica y País Digital del Ministerio de Modernización; y en noviembre de 2018 pasó a ser su gerente general y vicepresidente, hasta que en julio del año pasado asumió también como presidente de Arsat.
Martínez era un hombre de absoluta confianza del entonces presidente Mauricio Macri, con quien trabajó durante más de 30 años, desde que arrancó en la empresa Sevel, por entonces propiedad de la Sociedad Macri (SOCMA), donde tuvo algunos problemas con la Justicia por su tarea desarrollada ahí, en la importación de autos. Luego Martínez lo acompañó a Macri en el gobierno porteño, como director ejecutivo de la Agencia de Sistemas de Información. Y de allí pasó a ser el virtual número dos de Modernización, bajo la gestión de Andrés Ibarra, hasta que desembarcó en 2017 como el hombre fuerte de Arsat. Allí fue su gerente general y presidente del directorio, hasta la llegada de Tognetti a la empresa tecnológica estatal, donde se niega a renunciar.
FUENTE: CLARIN