El 64% de los aproximadamente 19 millones de trabajadores de la Argentina, unos 12,1 millones de personas, están en riesgo de perder sus empleos por las políticas para contener la expansión del coronavirus, precisa un informe de la consultora Analytica, de los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez.
Dentro de ese grupo “en riesgo”, hay un subgrupo de “muy alto riesgo”, unos 5,5 millones de personas que se desempeñan fundamentalmente como trabajadores informales, monotributistas y autónomos.
Una distinción básica que hace el informe es entre los trabajadores de los llamados “servicios esenciales”, que generan el 41% del PBI antes de impuestos. El resto de los sectores, señala, “está en problemas”.
Para peor, los sectores más afectados por las medidas de “Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio” son más intensivos en empleo que los no afectados.
En el grupo de muy alto riesgo se cuentan, sigue el informe, tres millones de trabajadores “no registrados ni bancarizados”, un millón y medio de monotributistas, medio millón de trabajadores de casas particulares y otro medio millón de trabajadores autónomos.
De hecho, la Coordinadora de Previsión y Seguridad Social para Profesionales de la Argentina, que agrupa a 79 Cajas de Previsión de distintas actividades en todo el país, alertó recientemente que si no pueden trabajar y a la vez son excluidos de algún tipo de subsidio, “en 45 días los profesionales necesitarán subsidios para comer”.
Dentro del grupo de “alto riesgo” unos 3,6 millones comenzarán a recibir ayudas directas del gobierno, mediante el pago de una suma directa de 10.000 pesos durante el mes de abril. Según Analytica, esta medida, en principio dispuesta sólo por un mes y equivalente a 0,2% del PBI es insuficiente para afrontar la magnitud del desafío, pero “al menos garantiza un ingreso mínimo temporal”.
La dinámica del efecto de la cuarentena y las medidas de aislamiento sobre la actividad económica y el empleo es potencialmente explosiva. Como ejemplo, Delgado y Álvarez señalan que por cada 10% de los 5,5 millones del grupo de “alto riesgo” que pierda su actividad principal y busque activamente un nuevo puesto de trabajo (esto es, que sea registrado como tal por las estadísticas del Indec), la tasa de desempleo aumentaría 3 puntos porcentuales. Teniendo en cuenta las últimas cifras conocidas, esto significaría un aumento del 8,9 al 13% en la tasa de desocupación.
El impacto del parate de actividad tiende además a magnificarse porque un sector de alto empleo, como el comercio, que emplea a 19% del universo de trabajadores, está afectado en un 90% por la cuarentena.
De modo similar, la industria emplea al 13% de los trabajadores, pero 75% de las empresas industriales están comprometidas por las restricciones impuestas por el gobierno para combatir la pandemia.
El sector formalizado o “institucionalizado” desempleo –unos 6 millones de trabajadores en blanco- puede actuar como “colchón”, distingue el informe. Pero ese colchón puede ser muy fino si se tiene en cuenta, por ejemplo, que la empresa Techint, una de las más grandes del país, ya despidió 1.450 empleados de su área de construcción, un sector en larguísima y profunda depresión de actividad, a la que el coronavirus sumó problemas aún más graves, como la dificultad de avanzar incluso en aquellos proyectos que estaban en marcha.
Según el informe, la nueva línea de créditos director del BCRA para financiar capital de trabajo de las pymes y, como vimos, sería una ayuda para el sector “no registrado” (en la medida que vean la luz al final del túnel) y los fondos del Tesoro, en tanto, apuntalan con transferencias directas a trabajadores informales, monotributistas de categorías bajas (A y B) y empleadas domésticas.
FUENTE: LOSPRIMEROS