Varios días seguidos con más de 900 casos de Covid-19 tensaron al máximo la cuerda sobre la que el Comité Operativo de Emergencia se mantiene en un delicado equilibrio entre el cuidado de la salud y la apertura de actividades económicas para sectores que aseguran estar al límite.
El epicentro del problema es el Gran San Miguel de Tucumán. Seis municipios rodean a la Capital, casi todos separados de ella y entre sí por una calle o un canal, y conectados por muchas vías por las que a diario se mueven los más de 900 mil habitantes que se concentran en esos 115 kilómetros cuadrados.
Esa densidad poblacional sólo es comparable con la que tiene la ciudad de Buenos Aires y explica que el 85 por ciento de los casos de coronavirus estén concentrados en este sector, encabezado por San Miguel de Tucumán con el 55 por ciento y el resto repartido entre Yerba Buena, Tafí Viejo, Banda del Río Salí, Las Talitas, Alderetes y Lules.
Por estas horas el ministro del Interior Miguel Acevedo trata de coordinar acciones unificadas que ayuden a bajar la cifra de contagios diarios. Para ellos mantiene charlas con los intendentes, que corren contrarreloj, a pocas horas de un fin de semana largo que promete ser a pleno sol.
Uno de los problemas, según la ministra de Salud Rossana Chalha, es la falta de coordinación de horarios de actividades entre los municipios. Los que en Capital se quedan sin poder comprar lo que buscan a las 18, todavbía aún pueden hacerlo en Yerba Buena, con apertura hasta las 20, o en Tafí Viejo, donde los negocios abren hasta las 21.
Ese escenario, con el Día de la Madre a poco más de una semana, llevó a la funcionaria a plantear la posibildad de que se restrinja la circulación intermunicipal a partir de las 19 de lunes a viernes, y retrotraer el límite a las 15 los fines de semana. Al mismo tiempo pidió a la población un gesto de solidaridad, dejando de lado esa vieja costumbre tucumana de dejar las compras para última hora.
La búsqueda de consensos debería dar frutos a mas tardar el viernes, para que las medidas se apliquen desde ese mismo día. Será una tarea títánica, ya que se trata de reducir la movilidad de una sociedad que, al menos por ahora, no parece sensibilizarse por el peligro latente de un desborde sanitario.