La Ciudad de Concepción se encuentra conmocionada por el fallecimiento del traumatólogo Julio Fadel; y del pastor evangélico Luis Gerván. Ambos contrajeron coronavirus.
En horas de la mañana del miércoles, se confirmó el fallecimiento del Dr. Fadel, profesional de 66 años con una destacada carrera en la rama de Traumatología.
Amigos, allegados, pacientes y colegas lo despidieron en las redes sociales: “Para la comunidad médica, la partida de un profesional de la salud, de un extraordinario ser humano. Un ” guapo” de la salud”.
“Con profundo dolor nos toca despedir a un gran hombre y excelente profesional ,querido Dr Fadel, otra víctima de covid que éstas irreparables pérdidas nos lleve a tomar conciencia de cuidarnos para cuidar a nuestro personal de salud. Mucha fortaleza a su familia, vuela alto querido DOCTOR”, escribieron desde el la página de un centro médico de Aguilares.
El médico se desempeñó, hasta su jubilación, en el hospital “Miguel Belascuain”.
El fallecimiento generó numerosas expresiones de reconocimiento a la labor que desplegó en La Perla del Sur y en Aguilares.
El conocido Pastor Capellán, Luis Alberto Gerban, dejó de existir en la tarde noche del mismo día, en el Hospital de Juan Bautista Alberdi, donde se encontraba internado víctima del COVI-19.
Dicho Pastor fue conocido en el sur de la provincia por hacer un trabajo incansable principalmente entre los más necesitados de Concepción.Fundó su Iglesia “El Señor es mi Rey”, al igual que tuvo una activa participación a través de los medios de comunicación, fundando también su propia radio FM “El Buen Samaritano”.
Se destacó por su gran tarea evangelizadora entre los muros de la Unidad Penitenciaria Nº3, la cárcel de Concepción, donde logró convertir a muchos hombres que por ahí lograron descubrir el verdadero camino a la luz de su palabra.
Luis Gerban
El Pastor Luis Gerban fue un hombre de intenso trabajo, tanto en lo espiritual como en su vida privada para mantener y proyectar a su familia. Recordamos que se lo vio trabajar en más de una cosecha en las fincas de limón, confundiéndolo entre un obrero más, como también se lo vio cuidando motos en el microcentro de la ciudad sureña. “El Siervo de Dios”, un hombre que dio todo y que seguramente dejó un gran vacío en mucha gente que lo conoció en este interior de la provincia de Tucumán.