Entre el viernes y el sábado cientos de comercios en distintas áreas de Washington DC, la capital del país, amanecieron tapiados con placas de madera, ante el riesgo de que el martes se produzcan disturbios cuando se conozcan los primeros resultados electorales. Washington se parece a Miami cuando en la ciudad de Florida se espera un huracán.
Es un clima inédito en Estados Unidos. Este cronista pudo observar gran cantidad de comercios tapiados en pleno centro de la capital, ya sea a apenas metros de la Casa Blanca o sobre avenidas importantes que fluyen hacia el norte y oeste de la ciudad. La intendencia de la ciudad recomendó las medidas de protección. La intendenta Muriel Bowser, del Partido Demócrata, dijo incluso que sus funcionarios han estado discutiendo planes de seguridad poselecciones que prevén que el malestar pueda extenderse semanas e incluso meses.
La policía redujo licencias para contar con más personal e informó que acaba de comprar 100 mil dólares en balas de goma y gas lacrimógenos para cubrir el stock que se consumió en los meses entre junio y agosto por las protestas contra el racismo.
Las prevenciones incluyen al sector privado. Walmart, por ejemplo, dejó momentáneamente de exhibir armas y munciones en sus supermercados en los estados en que eso está permitido, como una manera de contribuir a que las elecciones transcurran con un menor riesgo de violencia. Aunque ayer revirtió la decisión.
Trump juega al límite
El temor a un “huracán electoral” tiene sus razones. El propio presidente Donald Trump comenzó el tema advirtiendo a sus seguidores del riesgo de fraude electoral en una elección tan reñida. Trump apuntó sobre todo al voto por correo, que la mayoría de los estados alentaron para disminuir las concentraciones de votantes el día de la elección en prevención del Covid19.
Así, el republicano puso en duda una modalidad que, por el Covid19, es la estrella de la elección: 80 millones de estadounidenses ya votaron por correo, un récord absoluto. Y la mayoría de ellos son demócratas. Eso se sabe porque hay estados que registran votantes por partido y, si bien los sobres todavía no se abren, se puede saber a qué partido están adscriptos los votantes.
Qué pasa si se revierte la tendencia
El resultado: es probable que el martes a la noche la primera tanda de recuento de votos presenciales muestre una ventaja para Trump, que luego vaya disminuyendo ha medida que se empiece a contar el voto por correo.
Los demócratas temen que esa posible reversión de tendencia “confirme” la sospecha de los trumpistas de un fraude y que esa chispa encienda los disturbios. Sobre todo porque Trump ha sido elusivo a la hora de ratificar que reconocerá los resutados electorales sean cuales sean.
Pocos republicanos en ciudades
Algunos optimistas creen que la cosa no pasará a mayores. Su argumento es que en Estados Unidos los disturbios callejeros tradicionalmente no han sido realizados por la derecha republicana. E incluso en esta ocasión remarcan que los votantes trumpistas tienen mayor presencia en áreas rurales y pequeñas ciudades, donde es menos probable que ocurran disturbios.
Desde ya, tienen escasísima presencia en Washington DC y sus suburbios, donde tanto la tradición electoral como la propaganda política que puede verse en los jardines y en las calles es abrumadoramente demócrata.
fuente: cadena3