El caso pone los pelos de punta. El sujeto fue condenado por violar y dejar embarazada a su propia hija, pese a lo cual quedó en libertad, lo que le permitió abusar de la hija de su nueva pareja, todo esto mientras tenía niños a su cuidado como empleado del hogar Eva Perón.
Todo comenzó a saberse en 2013 cuando la hija del depravado contó que su padre la manoseaba desde pequeña y que en 2011 el día de su cumpleaños número 16 la violó, dejándola embarazada.
La causa avanzó a paso lento en la Fiscalía I de Instrucción hasta que en 2017 la fiscal Adriana Reinoso Cuello pidió la elevación a Juicio. Dos años más tarde el acusado aceptó en un juicio abreviado, una condena de nueve años y medio, aceptado y homologado por la jueza Stella Maris Arce.
El fallo de la magistrada elogia el valor de la denunciante, recomienda estudios psicológicos al condenado, pero en ninguna parte del escrito se establece la detención del violador ni se fija una fecha para que se haga efectiva la condena establecida.
Con el depravado en libertad, el 6 de julio de este año ingresó en la Fiscalía de Delitos Sexuales que encabeza María del Cármen Reuter una denuncia por abuso sexual a una niña de 9 años.
Su madre acusó a su pareja, quien según lo que le había contado la menor, abusaba de ella desde el 2018. Según el testimonio de la mujer, los abusos tenían lugar en el hogar Eva Perón, lugar de trabajo del violador.
Otra vez buscado y detenido, el sujeto argumentó que era denunciado por venganza, a la vez que mencionó la causa previa, pero sin revelar que había sido condenado.
La fiscal Reuter pidió información sobre el estado de esa causa, mientras lograba la prisión preventiva del acusado. Al mismo tiempo solicitó informes sobre su conducta en el lugar de trabajo, pero nunca se supo que le hayan respondido. Según su pareja el sujeto, que era celador, había sido pasado al área de mantenimiento.
Con el condenado tras las rejas por un segundo caso de abuso, hubo que esperar para que la hija de su segunda pareja pudiera declarar en Cámara Gesell. Cuando por fin pudo hacerlo, de su testimonio se desprendió que los abusos podrían haber afectado a otros niños de la familia.
Cuando se estaba por realizar la entrevista a la segunda niña abusada por el depravado, el caso llegó a manos de la defensora de Niñez, Adolescencia y Capacidad Restringida de Banda del Río Salí, María Lorena Arquez, quien lo elevó al ministro de la Defensa, Whashington Navarro Dávila.
Luego de recibir los informes solicitados, la doctora Arquez dejó en claro que si se hubiera cumplido la condena a nueve años y medio de prisión, nunca habría tenido lugar el abuso denunciado poco después.
El escandaloso caso fue llevado por el ministro Navarro Dávila ante la Corte Suprema para que se determine qué funcionarios judiciales son los responsables de que un condenado por violar y embarazar a su hija siga libre y pueda abusar de otros menores a su cuidado.
fuente: contexto