La pobreza es del 44%. Pero de cada dos habitantes en condiciones de trabajar, sólo uno trabaja. ¿Y toda esa gente en el velorio de Maradona y en la Bristol de Mar del Plata?
¿Para vos somos ricos o somos pobres? La respuesta cae de maduro, ¿no? Sin embargo, a mí el último fin de semana largo me ha sembrado la confusión. La verdad es que hay cosas que no entiendo.
Por un lado la Universidad Católica Argentina midió una pobreza del 44% en el tercer trimestre del año, cerca de los niveles más altos de la historia. Sin embargo, mirá este dato: de cada dos argentinos en edad de trabajar, uno solo trabaja. Los demás, por h o por b, no trabajan. Y si quitamos los empleos subsidiados de bajísima o nula productividad, mucho peor. La pregunta es: si somos tan pobres, ¿no deberíamos estar trabajando? No trabajar o simular que se trabaja ¿no es un lujo de ricos? ¿qué hacemos que, siendo tan pobres, no trabajamos?
Es lo que pudimos ver en el fallido velorio de Maradona. Un jueves a la mañana, así como así, cientos de miles de adultos jóvenes y sanos, en plena edad productiva, se tiraron un día. ¿A qué se dedica toda esa multitud? ¿La gente que tiene un trabajo, puede hacer eso?
Como somos tan pobres, el gobierno va a volver a lanzar, además de toda la parafernalia de subsidios nacionales, provinciales y municipales, un nuevo circo: vuelve un gran éxito como Carne para Todos para ofrecer cortes de asado más baratos en el conurbano bonaerense. Pero resulta que este fin de semana, más de 600 mil personas se fueron a la costa y otros lugares a hacer microturismo. Lo mostraba la tele: las playas de Mar del Plata atestadas. Y no son millonarios los que van a tomar mate a La Bristol. Esto, que en Argentina nos parece normal, no es frecuente en países muchísimos más ricos. Es más: en medio de la pobreza descomunal, el gobierno mantiene el plan PreViaje: vos te comprás en 12 cuotas sin interés y para empezar a pagar en 90 días pasajes y estadías turísticas y después el gobierno de devuelve, te paga, la mitad, la mitad, de lo que gastaste para que lo vuelvas a gastar en turismo. Esto es inédito. No sé si existe en otros países. Me imagino la cara de los técnicos del Fondo Monetario cuando el ministro Martín Guzmán les dice que es imposible reducir el gasto público.
De hecho, va a ser un misterio, en el propio acuerdo con el FMI, decidir si tratar a la Argentina como un país clase media o como un país miserable. Todo depende. Si te fijás bien, el mismo PBI de la Argentina, si lo medís en dólares oficiales es de 400 mil millones de dólares. Y si lo medís en dólares blue es de 200 mil millones de dólares.
¿Somos pobres o somos ricos? Yo la tengo cada vez menos clara.
(*) Adrian Simioni – Cadena3