Se trata de alrededor de 300 estudiantes de Medicina que se encuentran realizando el rotatorio en distintos hospitales y CAPS.
Con el descenso de casos, al inicio del año se contempló retomar la presencialidad y las prácticas en los hospitales para los estudiantes de Medicina. De esta manera se iniciaron los rotatorios, sin ningún plan específico que contemple la pandemia en curso. Hoy estamos en una segunda ola. Cada día es notorio el aumento de casos positivos que se pueden contar. A nivel nacional no se terminó aún con la vacunación total del personal de salud, llegando actualmente al 90% entre la primer y segunda dosis. Los rotantes agotaron las instancias de presentación de notas tanto ante el decanato de la Facultad Mateo Martínez como al SIPROSA. Sin respuestas hoy mantienen una campaña que se hizo viral en redes sociales exigiendo la vacunación para poder avanzar y finalizar la carrera.
La ministra de Salud Rossana Chahla salió a responder a través de los medios de comunicación, que los estudiantes “no serán incluidos como personal prioritario”. Suena ilógico cuando las actividades del rotante tienen que ver con atención de pacientes y el trato con los familiares tanto en sala como en la guardia de cada centro asistencial.
“Muchos no quisieron ir por no exponerse”, dijo también la ministra al referirse a qué nadie obliga a los estudiantes a cursar, rendir, realizar las prácticas. Cómo si fuera solo una cuestión de elección. No puede ser una cuestión de elección exponerse al virus, y exponer a familiares, sin que el Estado brinde las herramientas que garanticen la protección para quienes están en la primera línea de salud en una situación de pandemia. Los rotantes, que hoy piden por vacunas, además tienen que costear su propio kit de protección para ingresar al hospital (con un costo entre $3600 y $5300). Queda claro que la palabra “esenciales” que utiliza el gobierno para referirse al personal de salud es totalmente vacía cuando la realidad demuestra que los tratan como “descartables”.
Durante la primera ola de la pandemia, la presencialidad fue suspendida del ámbito educativo en la UNT. Esto llevo a qué en distintas carreras en dónde se necesitan realizar prácticas, se vean afectadas como fue el caso de la Facultad de Medicina. Desde el primer momento todo fue suspendido y no se contempló un plan para que los alumnos que cursan la parte clínica de la carrera y quienes hacen las prácticas finales puedan avanzar. Fue todo un año que hasta hoy se sigue intentando acomodar para cerrar el ciclo lectivo 2020: finalizar prácticas y parciales para obtener las regularidades. Así como los rotantes, quienes cursan el ciclo clínico, deben comprar sus elementos de protección personal cada vez que asisten a los hospitales, ni hablar de contar con vacunación.
Es necesario poner en pie una instancia de organización cómo lo vienen haciendo los trabajadores de la salud que se organizan por condiciones de trabajo, en asamblea y movilizaciones frente a la negativa respuesta del gobierno nacional y de la provincia. Que la conducción del CUEM se ponga a la cabeza de la exigencia de los estudiantes de las distintas carreras de la salud de la facultad que quieren ser contemplados como parte de la solución y no del problema en ésta pandemia.
FUENTE:LAIZQUIERDADIARIO
No sé da cuenta la ministra que estos estudiantes están capacitados y preparados para asumir mayores responsabilidades, Dada la excelente formación académica que tienen. Ésto adquiere relevancia cuando escuchamos día a día, del lógico agotamiento del recurso humano disponible, ellos podrían ayudar y mucho.