La Cámara baja discute el proyecto que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los alimentos. También se trata la iniciativa de alivio fiscal.
La Cámara de Diputados avanzaba este martes por la tarde con el debate del proyecto de etiquetado frontal de alimentos, ideado para advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
Al abrir el tratamiento del proyecto, en un debate que puede extenderse por varias horas, la presidenta de la comisión de Legislación General, Cecilia Moreau, afirmó que “el Estado argentino no va a mirar para otro lado” en un contexto de “enfermedades crónicas no transmisibles” como la obesidad, la hipertensión y los problemas cardíacos, que afectan a su población y que se pueden prevenir a partir de la alimentación.
Por eso, marcó la importancia de destacar la información nutricional en las etiquetas de los productos alimenticios, debido a que en la actualidad muchas “son ilegibles”.
“El 66% de la población argentina tiene exceso de peso, el 32% tiene obesidad, el 40% padece presión arterial elevada, el 30% tiene colesterol elevado y el 41% de los niños y adolescentes tienen exceso de peso”, completó.
Moreau explicó que con la Ley de Etiquetado lo que se busca es “la prevención” en términos de salud y “la garantía de los derechos de todos los argentinos” a acceder a ella con información clara.
“El octágono negro es la forma más eficaz de que los consumidores detecten nutrientes críticos en los productos alimenticios”, dijo respecto al etiquetado que se propone.
Si bien el proyecto de Etiquetado Frontal de Alimentos genera las mayores expectativas, hay otros 21 expedientes a considerar, entre los que se destacan el de Derechos Humanos de las personas en situación de calle y en riesgo, el de alivio fiscal para fortalecer la salida económica y social de la pandemia generada por la Covid-19, el régimen de Protección Integral del niño, niña y adolescente con cáncer y el régimen de Recuperación de Ganadería Ovina.
La diputada del FDT, Liliana Schwindt, ponderó la ley como un “hito para consumidores y usuarios”, pero también “para la producción alimentaria argentina”.
FOTO: El Congreso debate el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal.
“Esta ley es poner en lo más alto a los consumidores, que hace años reclaman información clara, precisa y veraz”, dijo.
El tratamiento del proyecto comenzó con una demora de más de tres horas debido a que varios legisladores, en su mayoría de Juntos por el Cambio, presentaron pedidos de apartamiento de reglamento para incluir otros temas, aunque esas peticiones en su totalidad fueron rechazadas y se mantuvo el temario acordado entre los bloques políticos.
El debate del proyecto de etiquetado frontal de alimentos que este martes se buscará convertir en ley se extenderá hasta la medianoche debido a la cantidad de diputados que están anotados para exponer sobre esta iniciativa que fija pautas para una alimentación saludable.
La sesión está siendo observada por diferentes organizaciones de la sociedad civil que vienen solicitando la aprobación de la ley de etiquetado frontal para que la sociedad conozca los excesos de grasas, sodios y azúcares que tienen algunos productos de alimentos.
Desde la oposición, la diputada de Juntos por el Cambio Brenda Austin celebró el tratamiento de esta ley que “derriba mitos” y que logró no “haber caído en la grieta”, sino que se ponderó la “defensa del derecho a la salud”.
“Esta ley es necesaria porque estamos frente a una gran epidemia: la del sobrepeso”, dijo y agradeció a organizaciones de la sociedad civil, que “ayudaron a respaldar con evidencia, información y acciones que derribaron mitos”.
Desde Juntos por el Cambio también la diputada del Pro Carmen Polledo planteó críticas a la iniciativa al afirmar que se debe “pensar en un sistema de etiquetado integral y completo” y dijo que por ese motivo se propuso en un dictamen “una alternativa que cumpla con el propósito de modificar los hábitos alimenticios”.
El dictamen de mayoría prevé la incorporación en el frente de los envases de los productos ultraprocesados una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños.
Por otra parte, el proyecto establece la prohibición de emitir publicidad comercial -dirigida a niños, niñas y adolescentes- de productos con sellos de advertencia.
Además, establece que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.
Por otra parte, la iniciativa determina que, ante iguales condiciones, el Estado deberá priorizar la compra de alimentos sin estos sellos de advertencia.
Además, estarán en el orden del día la modificación sobre despido y remuneración mínima del Estatuto del Trabajador Contratista de Viñas y Frutales y el Régimen previsional diferencial para los/as trabajadores/as vitivinícolas comprendidos/as en el convenio colectivo de trabajo 154/91 y a los/as contratistas de viñas y frutales comprendidos/as en la ley 23.154, en tanto desarrollen actividades que generen un envejecimiento prematuro.
Otro proyecto a considerar será el que autoriza la entradas de tropas extranjeras al territorio nacional y la salida del mismo de fuerzas nacionales, para participar en los ejercicios del programa de ejercitaciones combinadas a realizarse del 1° de septiembre de 2021 al 31 de agosto de 2022, enviado oportunamente por el Senado.
Se votará también la transferencia de una decena de inmuebles del Estado Nacional a jurisdicciones municipales y se ratificarán las convenciones interamericanas contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia y contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en la ciudad de La Antigua, Guatemala, en 2013