Sus propiedades antimicrobianas aportan beneficios contra las enfermedades neurodegenerativas, según un nuevo estudio de la Universidad de Montreal, Canadá
Una serie de descubrimientos cruzados empiezan a ganar terreno en la ciencia de la salud. En el último tiempo los especialistas detectaron potenciales mejoras en sitios inesperados. Así, estudios recientes han demostrado que una proteína presente en el epitelio gingival (la parte de las encías que rodea los dientes) puede tener propiedades antimicrobianas, en particular contra la bacteria Porphyromonas gingivalis (P. gingivalis).
Además de desempeñar un papel esencial en la enfermedad periodontal, esta bacteria también puede estar relacionada con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Los hallazgos del estudio dirigido por Antonio Nanci, investigador y profesor del Departamento de Estomatología de la Universidad de Montreal, y la investigadora posdoctoral Charline Mary, en colaboración con colegas de la Université Laval y la Universidad McGill, se publicaron recientemente en la revista Nature Scientific.
El estudio arroja nueva luz sobre la fosfoproteína rica en prolina-glutamina 1 secretora de unión al calcio (SCPPPQ1), una proteína expresada por las células del epitelio de unión. Los hallazgos sugieren que esta proteína tiene potencial antibacteriano e identificaron sus porciones activas.
Según Nanci, quien también ocupa la Cátedra de Investigación de Canadá en Tejidos Calcificados y Biomateriales e Imágenes Estructurales, “el potencial antibacteriano de la proteína SCPPPQ1 podría explotarse no solo para limitar la enfermedad periodontal sino también como un enfoque de tratamiento para controlar los efectos de las bacterias en el cerebro o en otros sitios a los que éstas se propagan”.
Por su parte, Charline Mary, autora principal del artículo, agregó: “esta proteína podría ofrecer una estrategia adicional para abordar el problema de la resistencia bacteriana”.
Dientes como puerta a las bacterias
El entorno oral es el segundo microbioma más importante del cuerpo humano después del intestino, al que está estrechamente relacionado. Comprende unas 700 variedades de microorganismos, incluidas bacterias, hongos, virus y protozoos, siendo las bacterias los principales habitantes.
Este microbioma complejo es importante para mantener la salud bucal; la pérdida de su delicado equilibrio debido a la propagación de patógenos periodontales específicos puede conducir a enfermedades periodontales (EP), una condición inflamatoria que afecta los tejidos de soporte del diente.
Las formas leves y moderadas de la enfermedad periodontal afectan a alrededor del 80 % de la población adulta en todo el mundo y las graves hasta el 15 %.
Además de las manifestaciones orales, la enfermedad periodontal está relacionada con complicaciones sistémicas que ponen en peligro la vida, como diabetes, trastornos pulmonares y cáncer colorrectal. También hay evidencia de un vínculo con la enfermedad de Alzheimer.
Las bacterias orales pueden incluso translocarse y colonizar el intestino para influir en su microbioma y causar disbiosis. Las consideraciones anteriores respaldan la importancia vital del entorno oral para la salud humana. Dentro de la boca, el epitelio de unión es la parte de la encía que sella los tejidos de soporte del diente del ambiente oral agresivo.
En pocas palabras, su función es hacer que la encía se adhiera al diente y así limitar el paso de bacterias entre las dos estructuras.”Los dientes son el único lugar por donde se penetra la envoltura integral del cuerpo humano, por lo que son un lugar crítico para la entrada de bacterias -explicó Nanci-. Como sabemos desde hace algunos años, la infección oral por P. gingivalis es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Entonces, debido a que SCPPPQ1 puede retardar el crecimiento de esta bacteria e incluso destruirla, podemos atacar la causa de los problemas en su origen y ayudar a prevenir más de una enfermedad”.
La integración de SCPPPQ1 en productos de higiene bucal puede ofrecer nuevas estrategias terapéuticas para controlar la formación de biopelículas asociadas con superficies orales e implantes dentales, limitando el desarrollo de caries dentales y, en última instancia, para aliviar las complicaciones sistémicas relacionadas.
En un contexto más amplio, también podría ofrecer una perspectiva adicional para hacer frente al creciente desafío de la resistencia bacteriana. Las próximas fases del estudio investigarán con mayor profundidad el potencial de SCPPPQ1 para prevenir la enfermedad periodontal, cuando, por ejemplo, se agrega a la pasta de dientes, y evaluarán su capacidad para destruir las bacterias que ya han penetrado en el sello entre la encía y el diente.
“Este es el comienzo de una emocionante y prometedora aventura que devuelve a la odontología al frente de la salud en general”, concluyó Nanci.