La ineficiencia y burocracia de los políticos, impiden dar soluciones sobre tan vital recurso para los ciudadanos.
Desde hace varios meses, la escasez de agua que padecen cientos de vecinos de Concepción es preocupante y el problema aún no encuentra solución. Vivir con limitaciones para acceder a la provisión del vital líquido se transformó en la pesadilla diaria para los que residen en los barrios Zavalía, El Parque, San Nicolás y El Jardín.
A pesar de que la obra para perforar un nuevo pozo de agua ya fue adjudicada a una empresa de la Capital y el Ministerio del Interior de la Provincia giró al municipio local el dinero que demandará esta, Recursos Hídricos aún no autorizó el inicio de los trabajos. La demora administrativa, suma un escollo más a la problemática y genera indignación entre los vecinos.
La obra, que fue adjudicada mediante concurso de precios, iba a iniciarse la semana pasada. El intendente Alejandro Molinuevo anhelaba su conclusión antes de fin de año o a principio del entrante. Sin embargo ahora todo indica que el pozo sólo podría entrar en funcionamiento -para reforzar el suministro de líquido de la red- en la tercera semana de enero.
El municipio, mientras tanto, instaló en la zona afectada tres tanques cisterna con agua pero no para consumo, sino para ser utilizada en tareas de limpieza doméstica. “Este problema se vino agravando desde hace más de un año. Ahora es dramático. Cuando se agota el líquido de los tanques no tenemos ni para los baños. Aquí el agua que utilizamos para lavar la ropa no la tiramos, porque la usamos en los sanitarios”, contó el vecino José Cabrera, del barrio Zavalía.
“Nosotros consumimos agua que nos traen en botellas nuestros parientes de otros lugares. De lo contrario la tendríamos que comprar”, apuntó. “Estamos desesperados a la espera que se perfore el pozo lo antes posible. Sin agua no se puede vivir. Lo que indigna además es que hay que pagar por un servicio pésimo” apuntó por su parte Javier Acuña. “Uno en la noche deja abierto el grifo con un recipiente por si acaso llega a salir algo de líquido. Es un milagro cuando eso sucede” contó.
En el barrio San Nicolás doña Lorenza More adquirió una bomba eléctrica que la liberó de la enorme penuria que venía soportando por la escasez de agua. Ahora, gracias al motor, el suministro es normal y lo comparte con sus vecinos. “Es una desgracia estar sin agua y más en estos tiempos de altas temperaturas. Por eso el agua que comenzó a salir con fuerza desde mi casa les brindo también a mis vecinos. A todos les permito que vengan a llevar. Al motor lo puse precisamente al frente de mi casa”, dijo.
fuente: lagaceta