
Un agricultor jubilado brasileño de 90 años, Luiz Costa de Oliveira, tuvo 50 hijos fruto de su unión con dos esposas, su cuñada y su suegra en el estado brasileño septentrional de Rio Grande do Norte.
La hermana de Maria Francisca y cuñada del campesino, Ozelita, solía frecuentar la vivienda conyugal para echar una mano en las tareas domésticas y comenzó a mantener relaciones íntimas también con Oliveira, fruto de las cuales nacieron otros 15 niños.
A la peculiar situación se sumó la madre de ambas mujeres, Francisca Maria, de 89 años, con quien Oliveira tiene otro descendiente.
“La cosa que Dios mejor hizo en el mundo fue la mujer”, declaró el anciano, que ya tiene 100 nietos y 30 bisnietos.

A pesar de su avanzada edad, Oliveira, que no fuma ni bebe desde hace 40 años, goza de una salud envidiable, no siente molestias ni dolores y asegura echar de menos sus días de labranza en la huerta y de conquistador fuera del campo.