La campaña no arranca y sigue sin conducción, por lo que temen una derrota peor que en las PASO, donde fueron terceros.
En el radicalismo tucumano temen una catástrofe en las elecciones del próximo 22 de octubre, después de haber quedado terceros en las PASO y de una interna que dejó demasiados heridos.
Fuentes de Juntos por el Cambio en Tucumán confiaron a LPO que la situación de la fuerza está lejos de ser la mejor por la falta total de la conducción en la campaña, que se suma a una desconexión total con la fórmula nacional y “los brazos caídos” de los derrotados en la interna.
Juntos terminó tercero en las PASO tanto a nivel presidente como diputados. En esa categoría ganó la boleta encabezada por el radical Mariano Campero, aliado de quien fuera el candidato a gobernador Roberto Sánchez.
En la lista de derrotados aparece el intendente de la capital provincial, Germán Alfaro, que apoyaba a Horacio Rodríguez Larreta y ahora está completamente afuera de la campaña. Pero también la conducción histórica del radicalismo, encabezada por José Cano y que no tiene buen vínculo con Sánchez y Campero. También está afuera el sector de Domingo Amaya.
A las heridas de la interna local se suma la falta de estrategia territorial de Patricia Bullrich, una situación que se repite en la mayoría de las provincias del interior. La candidata del PRO no tiene un armado provincial serio y en Tucumán esa anarquía se siente fuerte.
Esto es llamativo porque Patricia tiene en su armado al tucumano Pablo Walter, que trabajó en el armado electoral para la elección a gobernador pero ahora se corrió totalmente de su provincia. En el radicalismo también dicen que no tienen fondos para costear la campaña.
En Tucumán se quejan porque Patricia no visitó la provincia en el último tramo de la campaña y su único aporte fueron piezas para redes sociales. Aunque se habla de una visita antes de la elección, por lo pronto Bullrich mandará la semana que viene a Luis Petri para tratar de ordenar la situación.
Las fuentes consultadas por LPO sostienen que Petri no tiene la espalda en el partido como para ordenar al radicalismo tucumano. Otro punto que agrava la crisis es que el Comité nacional de la UCR se apartó totalmente de la campaña.
En el radicalismo tucumano temen si el mal resultado de las PASO se acentúa y Javier Milei crece, su espada local Ricardo Bussi se quede con la representación de la oposición. Bussi hizo una pésima elección para gobernador pero en la nacional quedó segundo. Algunos temen incluso que si la caída es muy grande no puedan meter ni un diputado.
fuente:lapoliticaonline