Vecinos del B°Santa Lucía, en Santiago del Estero, se despertaron el miércoles con el sonido de las sirenas de los móviles policiales que arribaron a una casa de calle Santa Rosa para auxiliar a una pareja. Allí un hombre había golpeado con un palo en la cabeza a su pareja y al creerla muerta, ingirió ácido y se descompensó.
Pasadas las 7, personal de la Comisaría 45 tomó conocimiento de que en la intersección de calles Santa Rosa de Lima y Dr. José Mario Corvalán había dos personas descompensadas.
Al llegar hallaron sobre la vereda de la casa, tirado en el piso, a Alfonzo Agüero (78) que estaba siendo auxiliado por su hija María Luisa (43), quien le reveló a los uniformados que su padre había ingerido una botella con soda cáustica.
En ese momento, María Luisa manifestó que su padre minutos antes había mantenido una discusión con su pareja. Ante la gravedad de la situación Agüero fue trasladado en el móvil de la policía al Regional.
Mientras los uniformados llevaban al sujeto, a la vivienda llegó una ambulancia y trasladó a su pareja Tranquilina Contreras, de 72 años, quien presentaba gravísimas heridas en la parte izquierda de la cabeza.
Ambos fueron asistidos de urgencia y permanecieron internados en el Regional por unas horas para luego ser derivados a un centro privado. Al cierre de la presente edición la mujer se encontraba en estado crítico, mientras que Agüero permanecía con custodia policial.
La Dra. Cecilia Gómez Castañeda —fiscal de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar— se hizo presente en la vivienda y supervisó el trabajo de los peritos de Criminalística. Además allí secuestraron un hierro con sangre, un palo y una botella con soda cáustica.
La representante del Ministerio Público Fiscal dispuso que toda la propiedad permaneciera cerrada hasta tanto la investigación avance. Al cierre de la presente edición, la fiscal espera el informe del médico de policía.
Fuentes consultadas indicaron que la víctima ya había realizado denuncia en contra del acusado en el año 2019. En ese entonces, el sujeto fue excluido de la vivienda, pero tiempo después regresó a la casa cuando retomaron la relación.
Según sostiene el último parte médico, Tranquilina presenta tres heridas cortantes graves: en región auricular izquierda, temporal izquierda y occipital izquierda. Además perdió gran cantidad de sangre y su estado es crítico.
En el nosocomio capitalino le realizaron una tomografía y otros estudios en la cabeza donde confirmaron que las heridas que presenta son gravísimas por el traumatismo encefalocraneano que presenta.
Al cierre de la edición, las esperanzas de vida de la mujer eran muy pocas. En tanto Agüero, también permanece en terapia intensiva, con pronóstico reservado, aprehendido.
Mientras los heridos eran asistidos por los profesionales de la salud, los investigadores se entrevistaron con los familiares de la pareja quienes contaron que la mujer era víctima de violencia de género.
Además, la Dra. Gómez Castañeda estableció que el principal testigo del hecho sería un nieto de la pareja que reside en la parte trasera del terreno —según se supo viven varias familias, en distintas viviendas dentro de la misma propiedad— y que fue quien halló al sujeto descompensado.
Según revelaron fuentes judiciales, su nieto al verlo tirado en el piso corrió hasta una garita policial donde solicitó ayuda. Mientras su abuelo era trasladado al hospital, el adolescente ingresó a la cocina de la vivienda y allí encontró a su abuela tirada en el suelo, en un gran charco de sangre. En ese momento solicitaron una ambulancia para brindarle asistencia.
La fiscal se hizo presente en donde ocurrió el grave episodio, que por fortuna no terminó en un femicidio y se entrevistó con familiares de la pareja. Fuentes judiciales consultadas revelaron que el hecho se había iniciado cerca de las 6.30 cuando la pareja se encontraba en la propiedad en la que residen.
Testigos indicaron que Tranquilina se encontraba en la parte trasera de la casa y en un momento golpeó al perro que tienen en la casa —que era criado por Agüero— utilizando un cable. Tal situación habría sido advertida por el acusado quien comenzó a insultar a su concubina para luego tomar un palo de escoba y darle golpes en el sector izquierdo de la cabeza, derribándola inconsciente al suelo.
Luego del ataque, y al ver que su pareja se encontraba desvanecida, él corrió hasta una habitación donde tomó una botella con soda cáustica e ingirió el líquido para luego terminar tendido en la calle
fuente:contexto