La movilización opositora puso al descubierto la crisis alimentaria en ese país. La policía dispersó con gases e hidrantes a los manifestantes.
Con ollas vacías para recordar la escasez de alimentos y denunciar el “hambre” en Venezuela, la oposición intentó marchar ayer hasta un sector humilde del oeste de Caracas, pero militares disolvieron la movilización con gases y chorros de agua. La marcha que reunió a un millar de personas no pudo salir de Montalbán, barrio de clase media del oeste, pues efectivos de la Guardia Nacional dispersaron a los manifestantes, además, con perdigones. La movilización dio continuidad a protestas contra el presidente Nicolás Maduro, que iniciaron hace dos meses y dejan 64 muertos. Un joven de 28 años falleció ayer tras ser herido de bala en una manifestación el 11 de abril en el Estado Lara, informó la Fiscalía. Según la oposición, esta protesta representó una “nueva etapa” en las manifestaciones que exigen elecciones generales para anticipar la salida de Maduro, a quien culpan de la crisis económica.
La marcha de ayer pretendía llegar a El Valle, que vivió una noche de terror el 20 de abril cuando un cacerolazo y el bloqueo de calles degeneró en una batalla campal entre manifestantes y cuerpos de seguridad. Esos disturbios dejaron 11 muertos y decenas de comercios saqueados.
El viernes en La Vega, otro barrio popular del oeste de Caracas, decenas de personas protestaron durante horas, trancando calles y enfrentándose a policías y militares. “Soy paciente diabética y no consigo medicamentos. Si compro remedios, no compro comida. Todo lo que tengo en mi casa es medio kilo de arroz. Si el gobierno no puede darle comida al pueblo, que se vaya”, dijo Casilda Piña, vecina de La Vega, de 65 años de edad.
“A los sectores populares”
El sociólogo Ramón Piñango indicó que para que las protestas sean más efectivas la oposición debe ir a las zonas populares y unirse a sus reclamos. “Si hay algo que puede resonar para mover a los sectores más populares es la falta de comida, el hambre”, dijo.
Venezuela atraviesa una severa crisis que se intensificó en 2014 con la caída de los precios del petróleo —fuente de 96% de sus divisas—, y que se caracteriza por una aguda escasez de alimentos y medicinas y una inflación que podría llegar a 720% en 2017, según el FMI.
Unos 9,6 millones de venezolanos —casi un tercio de la población— ingieren dos o menos comidas diarias, y la pobreza por ingresos aumentó casi nueve puntos entre 2015 y 2016, a 81,8% de los hogares, según la Encuesta sobre Condiciones de Vida, realizada por un grupo de universidades. Pero Maduro asegura que en 2016 la pobreza bajó de 19,7% a 18,3%, y la miseria de 4,9% a 4,4%.
fuente: LA CAPITAL