SE TRATA DE UN MATERIAL QUE PROMUEVE LA PROLIFERACIÓN DE CÉLULAS QUE FORMAN UNA MATRIZ EXTRACELULAR SEMEJANTE AL HUESO. A MEDIDA QUE EL MATERIAL VA CUMPLIENDO SU FUNCIÓN SE DEGRADA Y DESAPARECE AL FINAL DEL PROCESO.
Un grupo de científicos rosarinos liderado por Sara Feldman, investigadora independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), participó en un trabajo multidisciplinario de ingeniería de tejidos, en el que se desarrolló y aplicó en un modelo in vivo (en seres vivos) un gel biodegradable que promueve la reconstrucción de tejido óseo y que podría reemplazar a las prótesis tradicionales en algunos tipos de lesiones.
El equipo aplicó el gel biodegradable en un modelo de lesión experimental en conejos. Luego de 90 días se demostró que este material había promovido la formación de un tejido de constitución y apariencia muy similar a la estructura ósea original en el lugar de la lesión.
El gel fue sintetizado mediante técnicas de biología molecular y entre sus componentes tiene derivados de la elastina natural, secuencias para proteínas de adhesión celular y de una proteína llamada BMP-2 que promueve el desarrollo óseo.
Los científicos testearon el material biodegradable en un tipo de lesión femoral donde si no se coloca un implante se genera un tejido fibrosado estructural y funcionalmente muy diferente del original. Con la aplicación del gel a los pocos días de la cirugía los conejos ya tenían una marcha semejante a la habitual lo que significa que no había procesos inflamatorios ni rechazos. Los estudios se complementaron con análisis bioquímicos a lo largo de todo el periodo de estudio y en ningún momento se observó algún parámetro alterado.
“Hicimos los estudios tomográficos con reconstrucción tridimensional de los huesos y observamos que las lesiones estaban reparadas, con una superficie cortical casi regenerada, y nos costaba discriminar a simple vista el lugar del implante. Además, a través de los estudios histológicos encontramos zonas de calcificación y osteoblastos, características del tejido óseo”, detalló Feldman.
Una vez que el material se inserta en la lesión comienza a promover la proliferación de las células que lo rodean, éstas colonizan el tejido y forman una matriz extracelular semejante al hueso. A medida que el material va cumpliendo su función se degrada y desaparece al final del proceso.
Este tipo de geles son matrices de tercera generación, es decir, matrices que son temporales, biodegradables, no son tóxicas para las células y pretenden generar el tejido en condiciones lo más similares al tejido original faltante.
“Estudios como estos muestran que la ingeniería de tejidos ya no es una utopía, sino que se pueden brindar respuestas para reparaciones in vivo”, señaló la investigadora.
La revista Tissue Engineering publicó los resultados de este trabajo realizado en colaboración con investigadores del Instituto Bioforge de la Universidad de Valladolid, España, de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI) dependiente del CONICET, y de la Facultad de Odontología de la Universidad de Ribeirão Preto, Brasil.
FUENTE: EL FEDERAL