La referente de Infancia Robada fue realizada en el programa de Luis Novaresio. “Esas madres están mendigando justicia, organismo por organismo, pero sabemos que no van a tener”, dijo acerca de las mujeres que impulsan pañuelos amarillos contra el abuso sexual infantil.
La religiosa Martha Pelloni, perteneciente a la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas, y coordinadora de la Red de Infancia Robada, manifestó su preocupación por situaciones de abuso infantil relacionados a empleados del poder judicial y a empresarios.
En una entrevista que realizó el periodista Luis Novaresio en su programa televisivo, la hermana Pelloni relató que en un encuentro que mantuvo con referentes de la fundación tucumana “Pañuelos amarillos”, tomó conocimiento de la existencia de casos de abusadores que se mueven en círculos de poder. La fundación, conformada por madres de niños que sufrieron abusos, fue lanzada el pasado 24 de septiembre.
“Escuchar al grupo de madres que habían venido desde Tucumán a decirnos: ‘Nosotros somos madres de chiquitos abusados’. Los papás biológicos de muchos de estos niños, y aquí salto a otro estamento social, que no son los pobres, son los de clase media y ricos, ricos también de poder. De poder judicial por ejemplo. Fiscales, que abusan de sus niños. ¿A dónde quiere tener usted justicia en esa pobre madre?”, expresó en la entrevista televisiva.
Y añadió: “Profesionales y empresarios que han abusado de sus niños, esas madres están mendigando justicia, organismo por organismo. Pero sabemos que no van a tener justicia”.
Al respecto, Colomba Nasca, una de las fundadoras de Pañuelos Amarillos Tucumán, expuso en dialogo con eltucumano.com el encuentro que mantuvieron miembros de la fundación con la hermana Pelloni. Le contamos la situación de la provincia en el marco del foro de Infancia Robada que se hizo en Santiago del Estero.
“En la fundación son tres los casos que tienen vínculo directo con personas que pertenecen al poder judicial. Y las víctimas no han tenido el mismo trato. Los niños han sido sometidos a situaciones que no corresponden. A estos se sumaron otros casos de parientes que pertenecen al Poder Judicial o de empleados de esa institución, inclusive abogados. Los procesos se han visto muy entorpecidos por esta la situación de poder y de indefensión”, explicó.
En este sentido, Nasca relata que a la flamante fundación tucumana, se adhirieron personas que esperan hace varios años y no logran obtener la elevación a juicio. “Son muchos los casos en Tucumán de denuncias de este tipo. El Poder Judicial sigue un protocolo en donde se enredan las denuncias, se pide asistencia psicológica, el gabinete hace ir al niño 30 veces y se hacen nuevos pedidos. Se lo re-victimiza sucesivamente.
Hay mucha desventaja en esta situación. Vas a pedir justicia y tiene que ser imparcial pero a la vez es difícil. Además en ese ámbito se conocen todos. La familia judicial se corporiza y se cierra ante la denuncias de su miembros“.
La situación se repite en diferentes provincias, por esto se formó una red de mujeres que luchan contra el abuso infantil y que buscan contención en la búsqueda de justicia. En los casos de abuso relacionados a miembros de instituciones poderosas, la situación es grave porque no priorizan la salud mental y física de las víctimas. “No toman una decisión de protección inmediata del menor. En la mayoría de los casos se traban los expedientes, se pide anulación de Cámara Gesell o se espera hasta que la víctima cumpla 16 para que pueda ser querellante. Hay un imputado con tres o cuatro víctimas y no se avanza en muchos años. Eso es muy difícil para la madre que lleva el proceso”
Por último la referente hizo especial hincapié en que debe existir la perspectiva de género en las actuaciones del Poder Judicial. “La jurisprudencia no está pensada desde esa perspectiva de género. Lo que se busca implementar desde la Ley Micaela es fundamental para revertir estas formas. Es muy dura la presunción de inocencia. Porque se supone que una persona que hace una denuncia va a ser recibida. Pero en casos de abuso, la denunciante es evaluada, investigada y muchas veces señalada por la sociedad. Son cosas que tienen que cambiar”, detalló.
fuente:eltucumano