El médico trucho cordobés que embaucó a toda la provincia y un prontuario de engaños que salieron a la luz. Médico, paramédico e inspector municipal, entre otros personajes que encarnó el joven, que también falseó su edad. La verdad detrás de una historia de película y la responsabilidad estatal.
CÓRDOBA. Luego de conocerse el insólito caso de Ignacio Nicolás Martín, un médico trucho que había formado del Comité de Operaciones de Emergencias en Córdoba (organismo encargado de manejar la pandemia), una verdadera tormenta de acusaciones cayeron sobre el joven y destaparon una trama de engaños y estafas sorprendentes. Todo comenzó con la denuncia del concejal riocuartense Carlos Ordoñez, perteneciente a la oposición municipal de la ciudad de Río Cuarto.
El Concejal hizo público un caso que se mantenía bajo estricto silencio, en el cual tanto el Gobierno de Córdoba como la Municipalidad de Río Cuarto (misma afiliación política) habían contratado a un “médico” que resultó no serlo. De este modo, el caso vio la luz mediática.
Según se supo, el 21 de diciembre pasado, el Municipio riocuartense realizó una interconsulta con el Consejo Médico de Córdoba para chequear la identidad de uno de los médicos que el paso del COE había dejado en la ciudad. La institución que regula la actividad médica en Córdoba comparó los datos y advirtió que el nombre de Ignacio Nicolás Martín no figuraba en ninguno de sus registros, y que los datos proporcionados por el “profesional” pertenecían a otros profesionales.
De este modo, la Municipalidad de Río Cuarto se dio cuenta que entre sus filas había un impostor. Martín había llegado a ser candidato para trabajar para el municipio riocuartense como médico después de unos meses como médico del COE.
En el momento de mayor número de casos, el COE cordobés decidió descentralizar la actividad y establecer sucursales en los principales centros urbanos de la provincia, entre ellos, Río Cuarto. Con la llegada de la comitiva a la ciudad, se abrieron los voluntariados para tareas técnicas, a la cual Martín accedió de manera legítima.
A medida que fueron pasando las semanas, el joven se fue ganando la confianza del cuerpo de médicos que integraban el operativo en la ciudad, bajo el discurso de ser estudiante de medicina y técnico en emergencia médica (paramédico) a punto de recibirse y matricularse. A mediados de septiembre, Martín se presentó con documentos que demostraban su condición de médico (incluso una matrícula), por lo que los integrantes del cuerpo médico decidieron incorporarlo a tareas médicas, como hisopados, materia en la cual llegó a dar cursos.
De este modo transcurrió hasta que en diciembre, ya fuera del COE e intentando quedar fijo en el Municipio de Río Cuarto, fue descubierto.
Pero mientras pasaban las horas desde que se hizo público el caso, se descubrió un hilo de mentiras que el joven habría montado mucho tiempo antes de este último episodio. Con respecto al COE, Río Cuarto no fue la única ciudad por donde Martín pasó, y los hisopados no fueron la única actividad que desarrolló, lo que hace que su caso sea aún más grave.
l propio joven, que llegó a dar notas a los medios cordobeses encarnando su papel de médico en lucha contra el coronavirus, precisó en esas entrevistas cuál había sido su actividad anterior. Aparentemente, Martín inició su camino en el COE cordobés al inicio de la pandemia y pasó por Villa Dolores, Mina Clavero, Oncativo, Río Segundo, Los Surgentes, Sacanta, Oliva, Vicuña Mackenna y Río Cuarto.
Todos esos lugares estuvieron a la merced de “los servicios” del médico trucho. Entre las actividades que desarrolló, se destaca la coordinación de derivaciones de pacientes con Covid-19, lo que implica que el muchacho dirigía quién iba a que hospital de todo el sur provincial, además de decidir quién recibía una ambulancia.
Sumado a ello, se conoció que tiempo atrás de la pandemia, Martín se vio involucrados en otros dos episodios como el anterior. Allegados al joven aseguran que comenzó su trajín de mentiras diciendo que era inspector municipal de la Municipalidad de Córdoba en 2019.
El mismo se presentaba a espectáculos públicos con placas de identificación truchas y vestimenta municipal, y de este modo conseguía accesos y beneficios. Desde el municipio de Córdoba dijeron que el muchacho desapareció sorpresivamente cuando estaban por iniciar una investigación, algo que lo ubicaría en Río Cuarto a modo de “fuga”.
Además, se conoció un episodio denunciado por la madre de una compañera de secundario de Martín, quien dijo haber sido estafada por el joven. Según la mujer, el muchacho se había presentado como un compañero de estudio de su hija, y luego de ganarse la confianza de la familia, comenzó a auxiliarla con los trámites del homebanking, algo que más tarde habría aprovechado para robar dinero.
Así, y hasta donde se conoce actualmente, el joven se habría hecho pasar por paramédico, médico e inspector municipal, e incluso no registra actividad en la Universidad Nacional de Córdoba, ante la especulación de que podía tratarse de un estudiante de medicina. La realidad indica que Ignacio Martín es un chico de 19 años (y no 24, como él mismo había dicho), oriundo de la ciudad de Córdoba que engañó a dos niveles del Estado y a cientos de personas.
Por el momento, Martín fue denunciado tanto por el gobierno de Córdoba como por el Consejo Médico de Córdoba por el delito de ejercicio ilegal de la medicina. En una trama muy parecida a la de la película “Atrápame si puedes” (2002) protagonizada por Leonardo Di Caprio y Tom Hanks, quedó al descubierto la historia de un joven
mentiroso.
Pero lo más grave de la situación, es que Martín desnudó la ineficiencia estatal, tanto a nivel municipal como provincial, a la hora de contratar personal. Al parecer, la calificación y la investigación de los antecedentes profesionales (incluso en la medicina, un rubro donde el título es realmente necesario ya que se trata de la vida de las personas), no son tan importantes como la “parla” a la hora de conseguir un trabajo en el Estado.
fuente: urgente24