Jorge Carrera explicó los cinco frentes de la deuda externa. Y la comparó con la de la dictadura y la del menemismo.
Jorge Carrera es uno de los nueve directores del Banco Central, y es también el investigador en jefe del organismo; y para él, la opinión pública todavía no tomó consciencia de la dimensión del endeudamiento externo durante el macrismo, ni de sus implicancias. Por eso rescata que el Banco Central haya vuelto a publicar el Informe de Deuda Eterna Privada Argentina, que Sturzenegger discontinuó y que muestra cómo en cuatro años se incrementó en 18.000 millones de dólares la deuda que el sector privado tomó con el resto del mundo.
En una columna publicada este jueves en El Cronista, Carrera -señalado como el hombre de Guzmán en el Banco Central- explica que además del endeudamiento público nacional (con privados en dólares, con privados en pesos y con organismos multilaterales) y el endeudamiento provincial, es necesario también tener en cuenta el quinto frente del endeudamiento: la deuda del sector privado, que a diciembre de 2019 llegó a los 83.800 millones de dólares. Es decir, 6% más alta que la que hubo en 2001.
Del total, 38.600 millones era deuda comercial y el resto, deuda financiera. Y todo ese endeudamiento que desde una perspectiva microeconómica podría ser sustentable, cuando se lo suma a toda la deuda pública se convierte en un riesgo macroeconómico que terminó efectivamente en una crisis de deuda.
El nivel de endeudamiento fue tal que, ante el cambio de alguna variable externa -como fue la tasa de interés de la Fed en 2018- bastó para desatar la corrida, derrumbar la confianza en la capacidad de repago, acelerando la demanda de dólares de los acreedores para asegurarse el repago y disparando la salida de capitales.
Para él, las deudas provinciales y las deudas privadas quedaron rehenes del desmanejo macroeconómico. Y en 2019, la presión de los acreedores por cobrar se tradujo en un cuello de botella. Este “congestionamiento” estaba por fuera de las previsiones de las empresas.
“Paradójicamente, el quiebre ocurrió con deuda en pesos supuestamente de muy bajo “riesgo”, ya que era emitida por el Banco Central. Posteriormente, los fondos pasaron a títulos del Tesoro en pesos y serían protagonistas del otro gran golpe al endeudamiento público que fue el default de la deuda en pesos de 2019. El inédito y extraordinario acuerdo con el FMI por u$s 57.000 millones debía anclar todo el esquema de endeudamiento público y privado, pero una incorrecta regulación de la cuenta capital dilapidó todo el esfuerzo, y lo convirtió en un boomerang. Si u$s 57.000 millones no podían solucionarlo, algo estaba muy mal”, dijo Carrera.
Desde el cambio de gobierno, destacó el funcionario, “comenzó un proceso de desendeudamiento externo privado que totalizó u$s 5900 millones sólo en 2020. Tal como surge del informe mensual de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario elaborado a partir de los datos que provee el RIOC, al 31 de enero de 2021 se vienen registrando 18 meses seguidos de cancelación de deuda financiera (tanto externa como interna)”.
Tras la reestructuración de Guzmán, fue el turno de los privados para ordenar sus pagos y descomprimir el cuello de botella con el agravante de la pandemia, que generó menores proyecciones de ingresos para buena parte del sector privado. “Desde octubre de 2020 casi 50 grandes empresas renegociaron en forma exitosa sus deudas externas mejorando su perfil y alargando el plazo de vencimiento de al menos el 60% del capital”, mientras que las empresas más chicas pudieron seguir sus cronogramas de pagos originales.
Como señala el ministro de Economía en cada una de sus presentaciones, “la caja de donde salen los dólares, es una sola” para pagar las deudas nacionales, las provinciales y las privadas. Y por eso, el director del Banco Central destaca la necesariedad de que las empresas hayan emprendido procesos de reestructuración de sus deudas. En particular, enfatiza la relevancia del reperfilamiento de vencimientos que encaró YPF, ya que el 14% del total de la deuda privada es de esta empresa.
Por eso, el funcionario destacó: “la renegociación que está llevando adelante YPF de 7 de sus 9 emisiones de deuda internacionales es un caso testigo que permitirá cambiar la perspectiva integral del endeudamiento externo financiero del sector privado. Por representar cerca del 14% de la deuda externa financiera privada, la renegociación al despejar la secuencia de vencimientos tiene varias lecturas positivas: 1) Permite establecer un sendero de pagos externos realizable para la economía y disminuye la demanda de reservas de corto y mediano plazo; 2) Permite acelerar el proceso de inversión en Vaca Muerta y en extracción convencional para mejorar la producción y ahorrar divisas externas a mediano plazo; 3) Mejora la situación de los tenedores de acciones de YPF; 4) Facilita el futuro acceso a los mercados de YPF; 5. Al ser la principal deudora externa, genera un efecto positivo sobre el acceso a mercados del resto de las empresas argentinas”.
Además, el funcionario remarcó el fallido que constituyó el enfoque del gobierno anterior de pretender enfrentar la restricción externa crónica de la historia argentina por el lado del endeudamiento. “El cambio de enfoque de la política económica respecto al endeudamiento externo a partir de diciembre de 2019 ha posibilitado que nuestro país evolucione hacia una nueva estructura de pagos de deuda externa nacional, provincial y privada que es creíble, factible y sostenible. El proceso de renegociación de las distintas deudas posibilitará una dinámica de pagos externos que configuran un escenario financiero y cambiario mucho más favorable para un crecimiento externamente sustentable en el tiempo”, concluyó
fuente:lapoliticaonline