Audiencia del comisario imputado por agredir a un superior.
“Todo esto fue armado. Nunca lo apunté con el arma, sino que la quise entregar porque soy de los de antes, de los que le gusta pelear a mano limpia”, señaló el comisario Marcelo Balastagui, acusado de haber amenazado y lesionado levemente a su superior Gustavo Sbrocco, jefe del Departamento Judiciales de la Policía.
El 10 de febrero, Sbrocco convocó a Balastegui, y a los subcomisarios Eduardo Ávila y Jessica Jiménez a una reunión en su despacho. El jefe de Judiciales los había citado por una razón: con respaldo de sus superiores se comenzaría a organizar visitas en distintas ciudades para que los vecinos pudieran acceder al certificado de buena conducta sin tener que trasladarse a la capital. Para ello, les habría solicitado a los oficiales que comenzaran a diagramar un plan. Balastegui no sólo se opuso, sino que amenazó con su arma reglamentaria a Sbrocco. Ávila tuvo que tomar la pistola para evitar que disparara y cometiera un crimen en una oficina de la mismísima Jefatura de Policía, según testificaron los subcomisarios. El agresor luego le aplicó un cabezazo a su superior y huyó.
Tal y como establece el nuevo Código, se celebró una audiencia para formular los cargos en contra de Balastegui. El fiscal de Delitos Genéricos, Arnoldo Suasnábar, relató los hechos y pidió que se le imputara por amenazas agravadas por el uso de arma de fuego y lesiones leves. Álvaro Zelarayán, que asumió la querella de Sbrocco, pidió que se agravara la acusación, puesto que entendía que, al haber remontado el arma, su conducta se encuadraría en tentativa de homicidio agravada. La jueza Isabel Méndez rechazó el planteo.
El acto tuvo ingredientes especiales. Por pedido de Zelarayán, se le prohibió seguir los detalles de la audiencia al personal de Inteligencia Policial que la estaba presenciando sin ningún tipo de razón. “Recuerdo que está vigente una medida de protección a favor de mi defendido que establece que no puede ser perturbado o amenazado”, fundamentó.
El resto de las sorpresas llegó con las declaraciones de Balastegui, que negó las acusaciones en su contra y que, en un largo monólogo, comenzó detallar uno por uno los motivos por los que nacieron las diferencias. El comisario denunció que Sbrocco lo hostigaba; que trasladaba al personal de su confianza y que le quitaba los bienes de su sección para llevarlos a otra. “El maltrato era permanente. No se trata así a la gente. Él le daba instrucciones a Ávila y a Jiménez, y no a mí”, indicó. La jueza le dijo que podía hacer los planteos administrativos o denuncias penales en otros ámbitos, pero no ahí.
El acusado desmintió en varias oportunidades haber apuntado con el arma a Sbrocco. “Él me dijo que resolviéramos el problema allí o en el lugar que quisiéramos. Lo tomé como una invitación a pelear, por eso le entregué el arma a Ávila”, insistió. También negó que hayan tenido que intervenir tres personas para desarmarlo y que le haya aplicado un cabezazo. “Él golpeó su rostro contra mi ceja cuando me tenían sujetado tres personas como si fuera Rambo”, comentó.
Por un pedido del fiscal Suasnábar avalado por Zelarayán, Balastegui, durante 90 días, no podrá abandonar la provincia; entorpecer la investigación; portar cualquier tipo de arma; consumir alcohol y drogas, y abandonar la vivienda que fijó como residencia. Además, continuará vigente la prohibición de acercamiento y de hostigamiento.
Por este hecho, Balastegui fue puesto en disponibilidad por 30 días mientras que Sbrocco por 15. “En el marco de sus atribuciones y facultades, el jefe de Policía, Manuel Bernachi, inició la sustanciación de las actuaciones administrativas correspondientes con el fin de dilucidar los hechos acaecidos. Es así que se dispuso la disponibilidad de ambos funcionarios, con el fin de transparentar la investigación administrativa en curso”, explicó el subsecretario de Seguridad, José Ardiles.
Sbrocco no se quedó con eso y presentó una denuncia penal contra Bernachi por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Fuentes del Ministerio Público Fiscal adelantaron que se ordenaría su archivo. El agredido, tal como indican los estatutos policiales, también presentó una denuncia en la Fiscalía de Estado en contra de Bernachi, que debe entender cuando uno de los demandados reviste el grado superior de la fuerza. El planteo, según fuentes oficiales, tampoco prosperaría en esta instancia.
fuente: la gaceta