OPERATIVO. El escándalo suscitado en la casa del denunciante tuvo que ser controlado por varios efectivos de la Policía de Santiago del Estero.
Una trabajadora sexual de La Banda, Santiago del Estero, y un cliente de la misma ciudad, protagonizaron un escándalo en el Bº 25 de Mayo 250 Viviendas, al trenzarse en un áspero forcejeo que incluyó hasta el uso de un machete, todo al parecer por la presunta deuda por un servicio.
Con aparentes verdades a medias en ambas partes, trascendió que el revuelo más encolerizado tuvo de epicentro la casa del cliente en manzana G, punto de encuentro al que acudieron los patrulleros de la Seccional Nº 56 para apaciguar los ánimos.
Todo se comenzó a saber a las 12 del viernes último. El hombre, de 50 años, arribó a la comisaría y denunció que una desconocida lo interceptó en la calle y le exigió dinero para comprar remedios. Ahondó que él se negó y ella lo amenazó con un arma de fuego, aunque reconoció no haber visto que tipo de arma era.
¿Usted sabe quién es? Fue el interrogante del oficial. “Es trabajadora sexual. En noviembre del 2022 la busqué en el centro, la llevé a casa y tuvimos relaciones”, habría respondido. Prosiguió que el 24 de marzo, a las 20, volvió a encontrarse con ella, en su casa del Bº 25 de Mayo 250 Viviendas. “Llegó con un hombre. Me exigieron dinero. Estaba con mi familia y les di $ 1.000 para evitar problemas”, acotó.
Después del trámite formal, el denunciante se retiró de la comisaría. A las 13.40 los vecinos alertaron a la seccional sobre un escándalo en la misma vivienda. Ni bien arribaron los uniformados, vieron a una mujer armada con un machete y corriendo por el patio. Era la trabajadora sexual (32) con residencia en el Bº Villa Raquel.
De nuevo, partieron dos versiones contrapuestas. Él señaló que ella irrumpió y exigió más plata por otro servicio sexual. En tanto, la visitante no negó el apriete, pero subrayó que el anfitrión fue violento, la golpeó a trompadas y acabó con un corte leve en el tobillo izquierdo.
Erigidos ambos en víctimas de un escándalo no buscado, trabajadora y cliente fueron ascendidos a dos patrulleros diferentes y mudaron sus desavenencias a la Comisaría Nº 56.
Mientras las paredes retumbaban con los gritos de los dos protagonistas, el oficial a cargo pacificó a los dos exaltados. Una vez que fue interiorizado sobre el “culebrón”, ceca de las 15.30, el funcionario alertó al fiscal Álvaro Yagüe sobre el incidente.
La salida fue, restricciones, impedimento de contacto y cese de toda hostilidad entre ambos. Asimismo, la trabajadora sexual quedó demorada hasta la noche y recién entonces se retiró.
fuente:elliberal