Entre los cientos de proyectos con respaldo internacional que pertenecen al CONICET destacamos cinco y te contamos cuáles fueron sus logros.
Desarrollo de la vacuna argentina ARVAC CG contra COVID-19
La vacuna argentina ARVAC Cecilia Grierson (ARVAC CG) contra COVID-19, que fue desarrollada por un grupo de expertos del CONICET, obtuvo reconocimiento internacional hace muy poco tiempo: “Es segura y desencadena una fuerte respuesta inmune contra las variantes Ancestral, Gamma, delta y Ómicron de SARS-CoV-2”, reveló un artículo publicado en la revista internacional Nature Communications en julio de este año.
Esta vacuna, que fue pensada para dosis de refuerzo, está desarrollada por especialistas del CONICET, de la UNSAM y el Laboratorio Cassará. Además de haber sido identificada internacionalmente como “segura para la salud”, tiene la capacidad de aumentar de manera significativa los anticuerpos neutralizantes contra diferentes variantes.
Hallazgo para el tratamiento de cáncer
En febrero de este año, científicos y científicas del CONICET revelaron la importancia clínica de mecanismos de resistencia a terapias anti-angiogénicas en pacientes con melanoma. El estudio fue realizado con muestras de un ensayo clínico multicéntrico es la continuación de un trabajo en modelos experimentales que en 2014 fue tapa de la prestigiosa revista Cell.
Según detallan desde el CONICET, “la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros preexistentes (lo que se conoce como angiogénesis) es un proceso fundamental durante el desarrollo y el crecimiento, así como también en la cicatrización de las heridas. Sin embargo, la angiogénesis también es inducida por los tumores para abastecerse de nutrientes y oxígeno, y así poder crecer y diseminarse. Por este motivo, se han desarrollado tratamientos antitumorales conocidos como terapias antiangiogénicas, que apuntan a bloquear la proliferación de vasos sanguíneos, con el objetivo de reducir el flujo de sangre que llega al tumor”.
En los próximos meses está previsto la realización de estudios preclínicos para comprobar su capacidad para reconocer y eliminar tumores.
Proyectos con Litio para sumar valor a este recurso natural
Teniendo en cuenta que el litio es el metal de mayor capacidad de almacenamiento de energía por unidad de peso y, a su vez, que nuestro país junto a Bolivia y Chile es uno de los tres reservorios del mineral más grande del mundo, la búsqueda por maximizar sus dones y potencialidades es estudiado por un grupo de científicos y científicas del CONICET.
Las baterías de iones de litio se usan en teléfonos móviles, en pc portátiles, paneles solares, vehículos eléctricos, entre muchos otros aparatos.
“Es clave para nuestra soberanía desarrollar en Argentina capacidades que le agreguen valor agregado al litio en diferentes etapas, desde su extracción en las salmueras hasta la fabricación de baterías”, explica Jorge Thomas, Ingeniero Químico, quien desde 2012 es investigador del CONICET. Trabajó primero en el Laboratorio de Baterías de Litio en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), en La Plata, y ahora en la misión litio de Y-TEC, empresa I+D de energía del CONICET y de YPF.
Thomas destaca que, junto a diferentes institutos del CONICET, organismos y universidades, desde la misión litio de Y-TEC se llevan adelante proyectos que abarcan las diferentes etapas de la cadena del valor del litio: métodos de extracción del mineral en los salares del norte argentino, su purificación, conversión a carbonato, transformación a materiales activos, y el armado de las celdas que integran las baterías.
Creación de una empresa nacional para cannabis medicinal y cáñamo industrial
En octubre de 2022, se realizó el lanzamiento de la empresa Cannabis CONICET a través de una articulación histórica entre el CONICET, la UNAJ y el Hospital El Cruce. El logro: la concreción de una Empresa nacional de Base Tecnológica dedicada a la industria del cannabis.
Con la creación de la nueva empresa nacional se busca la integración del conocimiento y del desarrollo tecnológico asociado al cannabis medicinal, al cáñamo industrial y sus derivados, fortaleciendo con ventajas competitivas para el desarrollo soberano de la temática y su competencia, en el mercado regional e internacional.
Según explican desde el organismo, Cannabis CONICET tiene como misión “consolidar la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en la región, generando estándares de calidad e innovación en todas las etapas, desde el cultivo, la producción, y el uso clínico e industrial, fortaleciendo tanto la capacitación y formación de recursos humanos, el valor económico y el valor social de la industria a través de su articulación con el sistema nacional de ciencia y tecnología”.
Semilla HB4: Tecnología contra la sequía
Un grupo de investigadores liderado por Raquel Chan, experta en biotecnología vegetal del CONICET, desarrolló las semillas HB4 de soja y trigo resistentes a la sequía.
Fue en 2012 cuando el equipo dirigido por Chan logró repercusión internacional al desarrollar la primera tecnología transgénica hecha íntegramente en Argentina: la HB4. Junto a su equipo, hace más de 15 años se propuso estudiar cómo las plantas se adaptan al medio ambiente, sin saber que su investigación traspasaría las barreras del laboratorio.
Con el desarrollo de esta tecnología, las plantas tienen una tolerancia superior en períodos de sequía y un rinde mucho mayor. Como diferencial, al mismo tiempo, este gen mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad.
Tambien con patentes del Conicet se crearon 26 startups en tres años
Se trata de nuevas Empresas de Base Tecnológica fundadas con patentes desarrolladas por investigadores argentinos.
En los últimos tres años se crearon 26 startups con patentes desarrolladas por investigadores del Conicet. La cifra se eleva a 56 si se contabilizan las fundadas en las últimas décadas. El fuerte crecimiento reciente es el resultado de años de trabajo científico que comienzan a ver la luz gracias a la inversión estatal y el apoyo privado.
De acuerdo al SCImago Institutions Ranking 2023 el Conicet se ubica en el puesto 22 dentro de la categoría de organismos gubernamentales. Seis escalones por debajo aparece la National Aeronautics and Space Administration (NASA). El primero cuenta con un presupuesto de $111.707 millones (u$s304 millones al dólar oficial) mientras que el fondeo estatal de la destacada agencia estadounidense alcanzó los u$s23.200 millones en 2021.
Ambos organismos tienen objetivos diferentes ya que la NASA está directamente relacionada a la industria aeroespacial, con logros incuestionables y un prestigio mundial. En tanto, el Conicet es el instituto de investigación científica más destacado de Latinoamérica y su área de desarrollo es amplia. Al igual que sus logros.
“Hoy tenemos 56 Empresas de Base Tecnológica creadas. La mitad se fundaron entre el 2020 y el 2022”
En la actualidad, el Conicet brinda 15.000 servicios de uso de equipamientos por año, registra más de 1.000 patentes desarrolladas en laboratorios propios y cuenta con 850 convenios de asistencia técnica o de investigación y desarrollo vigentes. “Por año se firman alrededor de 300
Desarrollos aplicados
Ejemplos hay muchos y de distinto tipo. En salud, el laboratorio GSK obtuvo la licencia del anticuerpo monoclonal para desarrollar una inmunoterapia para combatir el cáncer. “Es la primera vez que la empresa paga la licencia de una patente de este tipo en toda América Latina a una institución pública”, cuenta Romano.
En el agro el caso más paradigmático es la licencia a Bioceres del HB4, el trigo resistente al estrés hídrico que creó el equipo de investigadores liderado por Raquel Chan. “No es tan común que en un país se desarrolle un organismo modificado genéticamente, que luego se licencie a una empresa y que después se certifique la regulatoria en China, EEUU, Brasil y Argentina. Hoy Bioceres cotiza en la Bolsa de Nueva York con una valuación de u$s500 millones”, destaca el funcionario del Conicet.
En alimentos resalta el caso de Danone. La multinacional española importaba un probiótico para su línea de yogures pero ahora utiliza una patente del organismo.
La licencia repercute en el cobro de regalías. Por caso la empresa AtomProtect que utilizó la tecnología para fabricar los barbijos durante la pandemia debió abonar un porcentaje de sus ventas al Conicet, a la Universidad de Buenos Aires y a la Universidad de San Martín. “En un año la empresa facturó más de $4.000 millones de pesos. Más que las regalías, para nosotros fue más importante el haber generado cien puestos de trabajo”, destaca Romano.
Cuando la tecnología se implementa en una empresa argentina no solo genera ingresos por regalías sino también a partir de impuestos. Además permite aumentar el empleo, la inversión privada, la producción y eventualmente la exportación.
Un ejemplo a imitar es el del Instituto Weizmann en Israel. “Es el que más ingresos genera en Israel en términos de su vinculación tecnológica. Con las licencias que desarrolla, las empresas facturan u$s40 mil millones por año”
Creación de EBTs
La Gerencia de Vinculación Tecnológica del Conicet se encarga de conectar las demandas de innovación de los diversos sectores de la sociedad con los equipos de investigadores del organismo. Al día de hoy cuenta con 17 oficinas en todo el país que se encargan del relacionamiento.
En los últimos años surgieron propuestas innovadoras como la de la startup Beeflow, que se dedica a “entrenar” abejas para mejorar la polinización de cultivos. La empresa nació en 2016 a partir de la vinculación entre el emprendedor Matías Viel y los científicos del Conicet, Pedro Negri y Agustín Sáez. “El vínculo surgió a partir de la aceleradora Grid Exponential y su CEO, Matías Peire, que relacionaron a científicos argentinos con emprendedores de negocios. El objetivo era transferir el conocimiento del Conicet y transformarlo en una empresa”, cuenta Viel a Ámbito.
La compañía privada cuenta con las licencias de dos patentes del organismo público. “Una tecnología, también vinculada a la Universidad Nacional de Mar del Plata, que fortalece el sistema inmunológico de las abejas. La otra fue creada en conjunto con la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Ahí venimos trabajando muy fuerte con el doctor Walter Farina, un investigador muy reconocido del Conicet, que hace muchos años estudia el cerebro de las abejas y cómo se comunican con las plantas, lo cual nos permitió aumentar la cantidad de polen que llevan a las flores de los cultivos que queremos polinizar”, profundiza el CEO de la startup.
Actualmente la empresa opera en Estados Unidos, Perú y México. Su equipo de desarrollo e investigación está principalmente radicado en Argentina. En 2021 recibieron una inversión de u$s8.3 millones liderada por Ospraie Ag Science y acompañada por Steve Jurvetson de Future Ventures (Tesla y SpaceX), Jeff Wilke (exCEO, Worldwide Consumer de Amazon), Vectr Ventures, SOSV y Grid Exponential.
“Estamos creciendo mucho pero no somos ajenos a los desafíos globales como la inflación que hay en EEUU y la suba de tasas de interés. Eso impacta en el financiamiento de startups. Al mismo tiempo el cambio climático y las temperaturas extremas están afectando la polinización y ponen todavía más en relevancia que el mundo necesita una empresa como Beeflow. Seguimos muy optimistas a pesar de que el mundo está cada vez más difícil”, añade Viel.
Además de Beeflow, en los últimos años surgieron compañías como Galtec, fundada este año por el reconocido investigador Gabriel Rabinovich, que desarrolla estrategias terapéuticas para tratar el cáncer y enfermedades autoinmunes a través de la proteína Gal-1.
También se crearon empresas como Bamboo Biotech y Michroma. La primera fue lanzada en 2019 por Sebastián Cavalito y Gastón Ortiz con el foco en desarrollos biotecnológicos. En 2020 desarrollaron un test serológico para Covid que luego fue transferido al laboratorio cooperativo Farmacoop para su producción y distribución. La segunda surgió hace cuatro años de la mano de Ricky Cassini y Mauricio Braia y está enfocada en el desarrollo de colorantes y saborizantes naturales a base de hongos, sin derivados de petróleo. Este año captó una inversión de u$s6.4 millones, entre otros.
Para conocer los cientos de proyectos ya concretados o en curso de investigacion podes consultar en la pagina:conicet.gov.ar