La Asamblea General de la ONU votó a favor de la entrada de Palestina: 143 apoyos frente a 9 rechazos y 25 abstenciones. Argentina votó en contra, por orden de Milei, y usa planea el veto.
La Asamblea General de Emergencia de la ONU aprobó este viernes la incorporación del Estado de Palestina como miembro pleno del bloque, por 143 votos a favor frente a 9 en contra y 25 abstenciones. Argentina fue uno de los países que se pronunció en contra.
La votación de este viernes en el pleno de la ONU, fue instigada por Emiratos Arabes Unidos y otros países árabes involucrados en darle legitimidad al Estado de Palestina desde antes de la guerra en Gaza. En abril, otra votación en Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para incorporar a Palestina resultó en el veto de Estados Unidos: se espera que ahora suceda lo mismo.
La resolución de la ONU de este viernes afirma que “el Estado de Palestina cualifica para la adhesión a Naciones Unidas” e insta al Consejo de Seguridad a que “reexamine la cuestión favorablemente”.
USA aguarda con el ‘az del veto’
Los 143 países que votaron a favor de la entrada de Palestina son, entre otros, Bolivia, Brasil, Chile, China, Colombia, Cuba, Egipto, España, Francia, Grecia, Guatemala, Honduras, India, Irán, Irlanda, Japón, México, Nicaragua, Oman, Panamá, Perú, Portugal, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Siria, Uruguay, Yemen y Venezuela.
Mientras que las nueve naciones que votaron contra el ingreso son: Argentina, República Checa, Estados Unidos, Hungría, Israel, Micronesia, Nauru, Palau y Papua. El ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, calificó como “absurda decisión” la votación en la Asamblea General de la ONU y la consideró “un premio para los terroristas de Hamás”.
En relación a las 25 abstenciones, los estados que decidieron no votar son Albania, Austria, Bulgaria, Canadá, Croacia, Fiji, Finlandia, Georgia, Alemania, Latvia, Italia, Lituania, Malawi, Islas Marshall, Monaco, Reino de los Países Bajos, Macedonia del Norte, Moldavia, Paraguay, Romania, Vanuatu, Reino Unido, Ucrania, Suecia, Suiza. El texto aprobado este viernes otorga una serie de “derechos y privilegios adicionales” a los palestinos que comienza a regir en la 79ª sesión de la Asamblea, en septiembre, a la que asistirá Milei. Pero el documento sí los excluye del derecho a voto y a ser elegido como miembro del Consejo de Seguridad: sólo lo habilita a que someta propuestas y enmiendas sin pasar por países terceros. Palestina tiene sólo estatuto de “Estado no miembro observador” desde 2012, pero solicitaron en el 2011 convertirse en estado miembro de pleno derecho de la ONU. En ese sentido, el embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, dejó expresamente claro que la Casa Blanca se opone a la entrada de Palestina a la ONU, según lo dijo el jueves, y es factible que su país vete tal decisión de la Asamblea, “Hemos dejado muy claro desde el principio que hay un proceso para obtener la membresía plena en las Naciones Unidas, y este esfuerzo de algunos de los países árabes y palestinos es para tratar de evitarlo”, dijo Wood el jueves. “Hemos dicho desde el principio que la mejor manera de garantizar que Palestina sea miembro pleno de la ONU es hacerlo a través de negociaciones con Israel. Esa sigue siendo nuestra posición”. En cuanto al caso de Argentina, que votó contra el ingreso de Palestina a la ONU, es evidente que el gobierno de Javier Milei es pro-Israel, debido a la propia afinidad del jefe de Estado con la línea judía del rabino Shimon Axel Wahnish. Es que Milei adhiere abiertamente al movimiento judío ultraortodoxo Jabad, herederos del rabino Schneur Zalman de Liadí o Alter Rebe, de Bielorrusia, de la escuela de los judíos jasídicos, creyentes en el panenteísmo -Dios está presente en todo-.
Milei durante su campaña incluso el slogan “de las Fuerzas del Cielo”, que parte de la escritura 1 Macabeos 3:19: “En una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino de las fuerzas del cielo”. También anunció en su visita oficial a Israel, su decisión de mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, tal como hizo Donald Trump cuando fue Presidente de USA, que algunos la consideran una decisión errada en medio del estallido del conflicto Hamás- Israel que supone una onda expansiva de posibles ataques terroristas. Por otro lado, cabe destacar, con respecto a las actuales tensiones entre Israel y Palestina, que antes del atentado de Hamás y la guerra en Gaza, ya había un largo y sanguinario conflicto entre ambos pueblos, mucho antes de la instauración del Estado Judío como nación. Pero la escalada de violencia comenzó en el 1948, tras una resolución de la ONU que proclamó la existencia de Israel y la coexistencia de dos estados (Israel y el de Palestina). Sin embargo, ello jamás se cumplió porque ambos pueblos libraron una batalla campal por las tierras, y porque Israel además se apropió desaforadamente de más jurisdicciones que las estipuladas por la ONU. Esto generó un histórico éxodo masivo palestino conocido como “la Nakba o Diáspora Palestina”.
El origen del conflicto Israel-Palestina: la cuestión de la tierra
Sin embargo, durante miles de años, los judeocristianos y musulmanes coexistían en esta tierra de valor religioso simbólico que ahora está en juego. Ello le evidencia el hecho de que en la ciudad vieja de Jerusalén residen tres emblemas monoteístas; del Islam, la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, del Judaísmo el Muro de los Lamentos, y del Catolicismo, el Santo Sepulcro. Pero cuando se desintegró el Imperio Otomano luego de la Primera Guerra Mundial, los vencedores Francia y Gran Bretaña, se repartieron estos territorios entre el rio Jordán y el Mediterráneo bajo el mandato de la Sociedad de las Naciones (antigua ONU). Tal que la “Gran Siria” se fragmentaria en Siria y Líbano que pasarían a manos de los francos, mientras que Gran Bretaña se quedaría con Transjordania (actual Jordania), Iraq y Palestina. A partir esta repartición arbitraria entre Francia e Inglaterra, más el auge del sionismo en la región palestina, se empezó a remplazar la población originaria monoteísta por colonos “blancos” judíos y gringos. Esto activó el conflicto entre nacionalistas árabes y sionistas, empezando los primeros combates entre milicias armadas yihadistas y paramilitares judíos .
El enfrentamiento judío-Islam alcanzaría su punto más álgido con la instauración del Estado de Israel en 1948 -y la retirada del colonialismo inglés- por la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tras el Holocausto nazi. La región de Palestina sufrió entonces una repartición polémica entre árabes y judíos: el mundo Islam enfureció al considerarlo como una apropiación de sus tierras y la legalización de colonias sionistas. Un día después de la proclamación del Estado de Israel, cinco ejércitos árabes (en respaldo a Palestina) atacaron al Estado judío, pero fueron derrotados en 1949 por el propio ejército de Israel. Ese año, más de 700.000 palestinos fueron desplazados, 400 poblados árabes fueron destruidos y ambos bandos cometieron brutales crímenes de lesa humanidad. El pueblo palestino conmemora ello como el Nakba o el Éxodo palestino.
Al finalizar la guerra, Israel poseía un 40 % más de la jurisdicción legitimada por la ONU. A su vez, los palestinos se vieron desarraigados y tuvieron que emigrar como refugiados a Cisjordania, Franja de Gaza y a otras naciones árabes. En la actualidad, se estima que unos 6 millones de palestinos han tenido que emigrar desde el estallido del conflicto.
A lo largo de los últimos 50 años, Israel ha llevado a cabo desalojos y desplazamientos forzosos de comunidades palestinas completas y ha demolido decenas de miles de viviendas… Además, las fuerzas israelíes han trasladado a la fuerza a muchos palestinos, ya sea dentro de los territorios ocupados o hasta lugares en el exilio (AMNISTIA INTERNACIONAL)
FUENTE: URGENTE24