La organización ambiental internacional, Greenpeace, midió en tiempo real la temperatura de los centros turísticos con más concurrencia del país, y afirmó que el calor extremo es efecto del cambio climático.
El calor se encuentra azotando varios países del hemisferio norte, entre ellos Italia, que registró más de 50 grados en su capital, Roma. El Vaticano también padeció las altas temperaturas que afectaron a la plaza de San Pedro, a tal punto que se dictó la alerta roja por la ola de calor.
A través de una cámara térmica infrarroja, miembros de la ONG ambiental internacional Greenpeace midieron la temperatura en tiempo real de las calles de Roma, por lo que lograron registrar los más de 50 grados en las superficies del Coliseo y la plaza San Pedro, lugares que reciben más de 25.000 visitantes por día. Lo mismo ocurrió este jueves, el primer día del verano europeo, en la estación de tren de la capital italiana, Termini, por donde pasan cerca de 450.000 viajeros por día.
“Miles de turistas, viajeros y residentes están sometidos a temperaturas extremas, condiciones peligrosas para su salud”, que “podrían tener efectos negativos no solo en grupos de salud de riesgo como niños y ancianos, sino también en personas sanas y activas”, indicó la ONG ambiental por medio de un comunicado.
Greenpeace asegura que estas olas de color que padecen varios países del mundo, como Italia, tienen que ver con los efectos del cambio climático, puesto que “la temperatura actual de varias ciudades italianas habría sido muy improbable sin el calentamiento provocado por las actividades humanas, como la explotación de combustibles fósiles”.
La capital italiana registró un aumento de temperatura de 7,3°C respecto a los valores que se habrían medido en un mundo sin crisis climática y otras ciudades como Perugia, Palermo y Trento experimentaron aumentos de 5,7ºC, 7,3ºC y 4,7ºC respectivamente, según el organismo ambiental.
“La temperatura del planeta sigue aumentando y la comunidad científica advierte de que las olas de calor son cada vez más probables e intensas debido a la crisis climática, agravada por la irresponsabilidad de las grandes petroleras”, añadió Greenpeace.