La funcionaria se encarga del trabajo partidario al que el mandatario nacional le escapa y busca convertirse en la figura detrás de la cual se alinean los dirigentes para evitar los conflictos
Pocos días después de que Javier Milei ganara el balotaje, el ya presidente electo reunió en el Hotel Libertador, donde instaló su búnker, a todos los diputados y senadores que ingresaron al Congreso de su mano, para comenzar a limar asperezas y ordenar al grupo de dirigentes que provienen de distintos espacios políticos y que, ya desde entonces, discutían por los lugares a ocupar tanto en el Gobierno como en las Cámaras parlamentarias.
En aquel encuentro apareció, de manera imprevista, quien hasta el final de la campaña fue el armador nacional de La Libertad Avanza, Carlos “Chino” Kikuchi, pero no fue bien recibido por quien era su jefa, Karina Milei, con quien ya venía teniendo una relación tensa, y a los pocos minutos se retiró del lugar de forma solitaria.
Esta fue, quizás, una de las primeras medidas que tomó la ahora secretaria general de la Presidencia, que desde el momento en el que su hermano fue elegido para conducir al país por los siguientes cuatro años, comenzó a reestructurar a su equipo de trabajo.
La funcionaria se alejó de todos aquellas personas cercanas al partido de las que no tenía plena confianza y, de a poco, fue empoderando a aquellas que les eran más leales, buscando así terminar con las internas que existían incluso desde antes de la asunción.
Acompañada primero por Santiago Caputo y por Martín Menem, después, Karina se fue involucrando cada vez más en la cuestión política, un tema que a su hermano “le aburre”, según reconocieron a Infobae varias fuentes cercanas a ambos, y trató en los últimos meses de convertirse en la figura de autoridad partidaria que estaba vacante en un espacio que tiene menos de cuatro años de existencia y que desde el inicio apareció como anárquico.
Yo no tengo jefas”, sostuvo, enfáticamente, Oscar Zago, líder del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), en una reciente visita que hizo a la Casa Rosada para interiorizarse por parte del ministro del Interior, Guillermo Francos, de los avances de la Ley Bases.
El dirigente fue apartado de la titularidad del bloque oficialista en la Cámara de Diputados tras una discusión con Martín Menem y en su lugar fue nombrado el cordobés Gabriel Bornoroni, muy cercano a la secretaria general de la Presidencia.
Lo mismo había ocurrido en la Legislatura porteña, donde Ramiro Marra, que desde hace años tiene un vínculo tirante con la funcionaria, había sido reemplazado por Pilar Rámirez, fiel a Karina Milei, pero la maniobra quedó frustrada luego de que el broker consiguiera los votos de la bancada para volver a ocupar su puesto original.
La semana pasada, la hermana del mandatario nacional y nueva armadora política dio un paso fuerte en Santa Fe, donde la diputada oriunda de esta provincia, Romina Diez, la recibió junto a unos 1.600 militantes y banderas con la consigna “Karinismo”.
No obstante, en varias regiones del país sigue la interna en La Libertad Avanza y la funcionaria deberá tratar de ordenar la situación antes del 2025, cuando tendrá que encarar otro desafío: las negociaciones con el PRO en una eventual alianza electoral.
“Karina es una persona que tiene mucha personalidad y decisión, que cuida mucho a su hermano y que tiene la decisión de hacer algo que ella se dio cuenta inmediatamente de que era muy necesario, que era darle un sostén político al proyecto”, destacó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en una entrevista televisiva.
En el partido amarillo evitan opinar sobre el armado territorial que está llevando adelante “El Jefe” y aseguran que es un tema que debería preocuparle solamente al oficialismo, aunque advirtieron que “tienen que pasar muchas cosas” para que se pueda dar una alianza.
En Entre Ríos, por ejemplo, todavía no hay un liderazgo claro por parte de los libertarios y nadie conversó con el gobernador Rogelio Frigerio, uno de los referentes del PRO que más cerca se mostró de Milei y que respalda la Ley Bases.
En esta provincia, el elegido para encabezar el espacio sería el productor agropecuario Sebastián Etchevehere, quien compitió contra Frigerio en las últimas elecciones, pero su lugar es disputado por el legislador Roque Fleitas.
Ambos se atribuyen ser los máximos representantes de La Libertad Avanza en este distrito, pero hasta el momento ninguno fue confirmado por Karina, aunque el primero de ellos fue recibido en la Casa Rosada por el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, asesor de ella en temas de armado.
“No entendemos ni sabemos qué quieren hacer. El antecedente en Entre Ríos no es bueno para el Gobierno nacional, porque en el 2023, a La Libertad Avanza en nuestra provincia la armaron dirigentes de otros espacios y ninguno de los candidatos en los departamentos fue de Milei”, advirtió una fuente del PRO entrerriano.
No obstante, en el entorno del ex ministro del Interior se muestran tranquilos y aseguraron a este medio que están “enfocados en la gestión” y que, además, Frigerio “construyó un frente muy amplio” y es “el dirigente que mejor mide” a nivel local, por lo que no es un tema que le preocupe.
fuente:INFOBAE